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Ximena Calderón: “Quien se involucra por una vez con las orquídeas nativas nunca más las abandona”

Publicado 02-10-2012

La directora del proyecto Fondef “Obtención de variedades comerciales de orquídeas chilenas de climas fríos”, recientemente adjudicado por Fondef de CONICYT, habla sobre la conservación y comercialización de estas especies de alto valor ornamental que aún pocos chilenos conocen.

 

El equipo de investigadores a cargo de Ximena Calderón, de la Universidad Arturo Prat, se adjudicó, con 500 millones de pesos, el proyecto Fondef “Obtención de variedades comerciales de orquídeas chilenas de climas fríos”, una de las escasas iniciativas centradas en la flora chilena que se presentan cada año al Fondo perteneciente a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT.

 

A pesar de que Chile es un país tremendamente rico en biodiversidad, sólo otro proyecto que ganó en 1996 la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, y cuyo propósito era el mejoramiento genético de especies autóctonas para su posterior introducción al mercado de flores, puede nombrarse como antecedente en Fondef del de Ximena Calderón.

 

Las orquídeas nativas crecen directamente en el suelo, a diferencia de las tropicales, que en su mayoría se desarrollan sobre los árboles.

 

¿Cuál fue su motivación para trabajar con las orquídeas autóctonas?

 

 

Quisimos estudiar, conservar y hacer desarrollo sustentable con el patrimonio genético del sur, para sacar provecho de lo aprendido. La idea se concretó con orquídeas de esta zona del país.

 

La motivación proviene de un proceso de crecimiento personal. El sentimiento más básico surge en mí hace más de una década: ser protagonista activa del rescate y conservación de plantas nativas mediante la creación de bancos de germoplasma (muestras vegetales) in vitro. Comencé con especies forestales, entre las cuales definitivamente la más atractiva y relevante fue el queule (Gomortega keule), un árbol único en el mundo y que está reportado como en peligro de extinción.

 

La idea de investigar las orquídeas nativas nace hace 9 años atrás, cuando me invitan a ser parte del staff de investigadores de una propuesta del Fondo para la Innovación Agraria, FIA. El problema planteado fue ¿Cómo hacer desarrollo sustentable con estas especies, de manera que podamos conservarlas, mejorarlas y posteriormente comercializarlas? La idea se concreta en un proyecto FIA que se desarrolla entre los años 1998 y 2001.

 

Sobre estas preciosas flores, que casi nadie sabe que existen en Chile, que tampoco nosotros conocíamos mucho y que constituyen un patrimonio genético único, generamos abundante conocimiento sobre su reproducción, fenología, fisiología, comportamiento en invernadero, micorrizas asociadas (hongos que viven en simbiosis con las plantas), domesticación, etc. El grado de involucramiento y entusiasmo, unido a los resultados logrados, me motiva a presentar otra propuesta aprovechando lo aprendido. En esta segunda etapa, oficiando de directora general, obtuvimos fondos FIA para desarrollar la idea de mejoramiento genético de la orquídea Chloraea crispa, de la que habíamos logrado obtener mayor información.

 

Posteriormente dejé la casa de estudios superiores donde fui docente de pre y post grado e investigadora durante 15 años y voy a vivir a Puerto Mont. Tras mi venida al sur del Chile, surge la idea de retomar el tema de orquídeas, para lo cual cuento con el apoyo de investigadores nacionales y de países como Japón, Colombia, Cuba y Alemania; además del mismo inquieto y observador empresario de la VIII Región con el que se inició la idea en 1998, don Enrique Matthei, que nos ha acompañado desde esa época a la fecha. Otras dos empresas: Agrícola SCO Ltda. y Semillas Marine Seeds SA, se asociaron como contrapartes a este proyecto Fondef de CONICYT.

 

¿Qué información tenía sobre Fondef, que la decidió a presentar su proyecto en este fondo?

 

Llevo un par de años trabajando en gestión de proyectos, principalmente Fondef, en Puerto Montt, en el área acuícola, así que sé como funcionan. Esos fondos de Investigación y Desarrollo (I+D), con una fuerte relación con la empresa, son la fuente más adecuada para desarrollar mis ideas, porque además se requiere más tiempo del promedio para concretarlas. Quise retomar mi línea de investigación y mi grupo de investigación, con mis amadas orquídeas para convertirlas en un futuro negocio.

 

¿En qué estado de conservación en la naturaleza se encuentran las especies de orquídeas con las que trabajará en este proyecto?

 

Las especies que se investigarán son de los géneros Gavilea, Bipinnula y Chloraea. El estado de conservación del género Bipunnula, representado con 5 especies, va desde especie “rara”, “vulnerable” a “En peligro”. Las Chloraeas, con 31 especies en Chile, no están clasificadas, excepto C. cristata, C. disioides y C. heteroglosa, que son “vulnerables” y C. volckmanni que está “insuficientemente conocida”. Las 13 especies identificadas de Gavilea, están clasificadas como “insuficientemente conocidas”.

 

Tenemos considerado en el proyecto prospectar alrededor de 35 especies entre las regiones VIII y XII. Entonces es un reto inmenso, pues deberemos colectar germoplasma que está disperso entre estas regiones, escaso de obtener, a partir de poblaciones pequeñas y para lo cual se requerirá el respaldo incluso de parques nacionales.

 

¿Por qué se escogieron precisamente estas especies?

 

El criterio de selección de las especies escogidas fue tamaño de la flor, color, fragancia, estado de conservación y que tuvieran caracteres agronómicos importantes. O sea, aquellas plantas con las mejores cualidades en estos parámetros.

Especie Chloraea gavilu

¿Qué parte del proyecto implica la conservación de estas especies?

 

Nuestro compromiso conservacionista es restituir y aumentar el número de plantas en sus hábitats naturales. Y por otra parte crear variedades comerciales que no dañen el patrimonio genético que la naturaleza creó y que la actividad del hombre se ha encargado de disminuir.

 

¿Le parecen adecuados el monto de financiamiento de Fondef y el período que durará el proyecto?

 

Me parece adecuado que Fondef haya creído en la factibilidad de esta idea, al mismo tiempo que se haya considerado como factor importante que esta idea es producto de un proceso de investigación con otras especies por una parte y de la experiencia por otra. En otras palabras, agradezco a esta institución de gobierno el aporte.

 

¿Utilizará algún tipo de hibridación entre las especies con las que va a trabajar?

 

La idea fuerza que mueve al proyecto es precisamente desarrollar nuevas variedades híbridas (es decir: que no existen en la naturaleza, sino que son producto de un cruce entre dos o más especies) y que se puedan comercializar. La forma de abordarlo será en paralelo, mediante un plan A de mejoramiento genético tradicional y un plan B de generación de líneas puras, actividades que se realizarán tanto en laboratorio como en invernadero.

 

¿En cuánto tiempo cree que las variedades estarán listas para su comercialización?

 

Si todo resulta como lo planeamos en el tiempo, debiéramos tener al finalizar el proyecto todos los protocolos para generar al menos una variedad comercial. El proyecto dura 5 años.

 

Especie Chloraea bletioides

¿Considera usted que el interés por las especies de la flora nativa es menor en comparación con las especies comerciales?

Si y hay razones fundamentales generales que lo explican. Los ciclos reproductivos son muy largos, hay escasez de material o el material está protegido o en predios particulares. Además, la tasa de crecimiento está entre los factores desfavorables para su comercialización. Es necesario mejorar, pues no se puede comercializar la flora nativa. En el caso de especies forestales, por ejemplo, los tiempos requeridos para lograr árboles adultos son muy largos lo que los hace económicamente menos rentables, entonces es mejor el pino, eucalipto y otras especies no nativas. En el caso de las orquídeas, pasa todo lo anterior y además se suelen preferir las gigantes y exóticas orquídeas tropicales epifitas (que crecen sobre los árboles) con las terrestres, de menor tamaño, pero no menos hermosas y llamativas.

 

Sin embargo el artículo que salió hace unas semanas atrás en la prensa, donde se hace referencia a mi nombre, trayectoria y actividades, me ha permitido conocer gente que tiene interés en trabajar con estas orquídeas y que hasta el momento de aprobarse la propuesta yo no conocía. Entonces el futuro en asociación con nuevos empresarios es muy promisorio.

 

¿Cuánto tiempo más se ve a sí misma trabajando entre las orquídeas chilenas?

 

Quien se involucra por una vez con las orquídeas nunca más las abandona, porque cautivan los espíritus sensibles.