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Experto estudia mecanismos de defensa de bacterias resistentes a metaloides

Publicado 17-06-2013

Gracias a financiamiento Fondecyt, académico del plantel estudiará la resistencia de microorganismos antárticos al teluro, a través de un estudio que contempla el aislamiento, caracterización, clasificación y determinación de propiedades genéticas, bioquímicas y/o fisiológicas que ayuden a develar las razones de la resistencia a este tóxico.

El teluro es un elemento muy escaso en la corteza terrestre y a la fecha no se le conoce un rol biológico. A pesar que en su estado elemental (Te°, teluro metálico) no exhibe toxicidad, algunos de sus derivados, como el telurito, son muy perjudiciales para la mayoría de las bacterias.

 

En este contexto, el Dr. Claudio Vásquez, académico de la Facultad de Química y Biología de la U. de Santiago, encabezará por tres años el proyecto Fondecyt: “Bacterias antárticas telurito-resistentes: nuevos mecanismos de resistencia”. El académico trabaja con bacterias aisladas en la Antártica, con la finalidad de ver cómo reaccionan los microorganismos en un contexto frío y en contacto con este tóxico. Para la investigación se aislaron 800 microorganismos resistentes al tóxico a partir de 100 diferentes muestras antárticas.

 

El académico explica que “de todas las muestras, escogimos aquellas cuatro que mostraron mayor resistencia y, justamente, con ellas ejecutaremos el proyecto y podremos develar los mecanismos que usan para defenderse del telurito”.

 

Entre los resultados que busca el académico, se contempla identificar los “agentes” de defensa y/o tolerancia de estos microorganismos antárticos, con la esperanza que sean mecanismos no conocidos a la fecha. “Durante estos años hemos identificado proteínas que ayudan a la célula a desintoxicar este tóxico y, por lo mismo, pensamos que estas bacterias que han recibido más estrés por estar en condiciones extremas en la Antártica, podrían exhibir mecanismos más sofisticados. Nuestro objetivo es encontrar nuevos genes que codifiquen para nuevas proteínas que estén involucradas en la defensa contra estos tóxicos”, indica el experto.

 

En una proyección futura de esta investigación, pretende usar los nuevos genes para introducirlos en plantas que crezcan en ambientes contaminados con teluro, por ejemplo, zonas mineras, lo que ayudaría a que las mismas plantas eliminaran los contaminantes.

 

Relevancia de la investigación

 

Este compuesto tóxico, que se produce indirecta e indeseablemente como consecuencia de la actividad humana, va a dar, por ejemplo, a las napas subterráneas de agua, inhibiendo o matando a microorganismos que pueden ser beneficiosos. Por esto, es importante tener controlados los vertidos de exudados industriales que contengan Teº, porque este elemento afecta a las bacterias, los hongos, las plantas y cualquier ser vivo que tenga contacto con este elemento.

 

Además, debe considerarse que este elemento (Teº) es la base molecular de las celdas solares que captan energía, por lo que cualquier accidente que ocurra con esos paneles solares libera elementos tóxicos, que producen un daño al medio ambiente que también hay que controlar.

 

En el ámbito de la salud, según explica el investigador, “a futuro se podría administrar un antibiótico para tratar alguna enfermedad humana en combinación con el telurito, pensando en que no es tóxico, y así potenciar la actividad antibacteriana del medicamento”. Si bien se está lejos de una aplicación clínica, el Dr. Vásquez reconoce que se ha abierto una nueva instancia de trabajo.