Mujeres en Ciencia

Patricia Mix: Alumbrar con palabras

Publicado 08-09-2015

PatyMix4Patricia Mix ríe con sus ojos mientras habla, conversa animadamente, gesticula y sus manos parecen volar como en una danza. Cuenta que una de las cosas que más disfruta de su oficio, el de cuentera, es poder sorprender y hacer reír a la gente, aunque lamenta que “el termino se asocie también al engaño, al robo, a la mentira”.

La primera historia que relató en público fue “La voz”, un cuento de su autoría que consiguió entusiasmar a la audiencia que en aquella ocasión repletaba un local de Bellavista.

“Recuerdo que fue en el marco del Festival Internacional de Teatro; en la función preguntaron si alguien del público quería contar…así me hice cuentera”. Patricia Mix Jiménez, profesora, y licenciada en Filosofía, se inició en la narración oral escénica hace más de dos décadas, en 1993. Desde entonces ha continuado relatando historias, desarrollando talleres y ofreciendo conferencias en distintas regiones del país, en varias de las cuales ha fundado colectivos de narración.

Mix encabeza la iniciativa cultural “Valparaíso es un cuento”, que incluye muestras, talleres y funciones de cuentería. Este proyecto dio origen, además, a un espacio de radio orientado a mantener viva la tradición oral. “Esta representa la sabiduría de nuestros campos y mundos indígenas, entre otros conocimientos, es muy importante dentro del patrimonio inmaterial, pues en ella se encuentran, no solo saberes, sino que también ritos y testimonios de la memoria histórica”, puntualiza.

– En la jerga popular se habla de que alguien es cuentero cuando es algo charlatán o mentiroso, pero: ¿Qué es la cuentería?

No hay una sola manera de responder. Básicamente es una práctica de la oralidad cuyo repertorio tiene como fuente la vida y los relatos del mundo rural y campesino, donde la gente habla tanto como escucha. Es una práctica incorporada al interior de las casas, en el cotidiano, como manera de entretenerse en los descansos de faena y como juego en las fiestas de la comunidad. Contar “mentiras”, es una manera particular de contar, de estructurar el relato, generar el contenido de la historia.

– ¿Cómo se hizo cuentera?

Sentí que era mi camino y así tomé la decisión de hacerlo. Escuchar contar cuentos me maravilló y me impulsó. Una de las cosas que me marcó fue escuchar a Pedro Yañez en un encuentro de payadores a fines de los años setenta, sus historias hicieron que me maravillara con los cuentos. Me los mostró y después fueron un referente importante en mi trabajo de narración oral.

– ¿Por qué a su juicio, pese a la importancia de la expresión oral, la palabra escrita ha tenido siempre un mayor status intelectual?  

No concuerdo con qué siempre haya tenido un mayor estatus. Hay largos períodos de la existencia humana donde la oralidad ha sido la única o principal manera de transmisión de conocimientos, saberes, maneras de hacer, vivencias. Lo que se da en la historia respecto de la importancia de la palabra escrita por sobre la oral, debe tener muchas respuestas, y una de ellas es que se tiene la percepción o creencia que la primera es más objetiva, más estable y por ello más verdadera.

– ¿Cualquiera de nosotros puede ser un contador de historias?, ¿se requiere algún talento especial?

Todos ya contamos. Podemos contar de la misma manera que también todos tenemos la capacidad para cantar, actuar o danzar. Pero esto no significa que todos debamos dedicarnos profesionalmente a ejercer el oficio. Cada cual con su talento, su fortuna y su propósito. Para mí, el mayor de los talentos de un buen contador es saber escuchar y confiar en la imaginación propia y creerle a lo que uno imagina.

– ¿Cuál es valor de la oralidad en el mundo que vivimos dominado por la tecnología?

La oralidad aporta la posibilidad de encontrase de manera directa con el otro. En ese sentido nos permite ser más conscientes de la importancia de las relaciones personales y de construir comunidad. Esto lo hemos experimentando trabajando en los talleres de mediación lectora y narración en varias ciudades con personas de todas las edades y diversos tipos de vida. La experiencia de recuperar la vivencia de escuchar cuentos, de imaginarlos, de sentirlos, es como beber agua fresca de una fuente.