Mujeres en Ciencia

Pamela Lyon: “Las bacterias son capaces de ‘pensar’ y se comunican de forma similar al cerebro”

Publicado 01-02-2016

  • Seguidora del biólogo chileno Humberto Maturana, la científica experta en microorganismos afirma que las bacterias experimentan cognición: aprenden, deciden y corrigen errores. Es más, se comunican mediante señales eléctricas, semejante a como funcionan las neuronas.

lyonentrevista3Para la investigadora australiana, quien también es filosofa y periodista, definir el lugar exacto donde se ubica su investigación no es tarea fácil. Abarca temas disímiles como microorganismos, cognición, evolución, adaptación y determinación del Ser. De hecho, está alegremente sorprendida de formar parte del Congreso del Futuro ya que esta multiplicidad de campos le dificulta las invitaciones a seminarios, confiesa a Explora la Dra. Pamela Lyon (62).

“Estudio la biología de cómo conocemos al mundo, observándolo desde los microorganismos y bacterias. Esto con una fuerte inspiración en los planteamientos del biólogo y Premio Nacional de Ciencias de Chile, Humberto Maturana, en su libro Autopoiesis”, explica la científica, antes de subir al escenario de la quinta versión de la cumbre de ciencias para su charla llamada “Nuestro maravilloso mundo desconocido”.

La investigadora visitante en el Instituto de Salud, Sociedad y Equidad de la Universidad de Flinders, en Australia, alcanzó renombre internacional luego de obtener el prestigioso Premio Crawford por su tesis doctoral “El Agente en el Organismo: Hacia una Teoría Biogénica de la Cognición”, donde sienta las bases de su pensamiento e investigación. Buscar entender cómo la especie humana llegó, tras millones de años de evolución, a componer maravillosas sinfonías, filosofar o elegir una ruta para su transporte diario. ¿Estaríamos frente a una suerte de autodeterminación bacteriana?

La Biología del Conocer

¿Cómo podría explicar su ‘inusual’ investigación multidisciplinaria?

Mi exploración se centra en la biología de cómo conocemos el mundo, tema que estudio desde un punto de vista evolutivo, y lo que hace que mi trabajo sea considerado inusual es que comienzo a contar esta historia con las bacterias. La mayoría de las personas no considera que ellas experimentan cognición, pero al observarlas descubrí que realizan una lista interminable de acciones sorprendentes. No solo tienen un comportamiento, sino que este es modificado por la percepción del entorno, la memoria y una evaluación de la situación. Este proceso cognitivo ocurre al comunicarse entre ellas, de distintas formas, incluso mostrando principios de aprendizaje. Así que cuando se mira todo eso en su conjunto, se ve bastante similar a la cognición humana.

¿Cómo sucede este proceso?

Por ejemplo, hace unos meses se publicó una sorprendente investigación sobre canales iónicos bacterianos. Estos pequeños túneles en la membrana celular son los que permiten el paso de sodio y potasio hacia dentro y fuera de la célula. Hay que entender que las bacterias son el modelo de estudio de esta función celular ya que permite ahondar en la actividad nerviosa, donde los canales iónicos son imprescindibles para el funcionamiento cerebral, al activar el potencial eléctrico de las neuronas. Entonces, sabíamos que las bacterias tenían estos túneles, pero no conocíamos la función que cumplían, hasta este estudio que nos muestra que conducen señales eléctricas de largo alcance dentro de comunidades de bacterias mediante la propagación de ondas de potasio.

¿De qué forma funciona esta comunicación eléctrica en las bacterias?

Por ejemplo, una colonia de Bacillus subtilis crece rápidamente y mientras los individuos del exterior reciben alimento sin problema, los del centro comienzan a pasar hambre. En algún momento, las bacterias del centro emiten una señal de alerta que viaja por sus canales iónicos y permite que sus compañeras periféricas dejen de alimentarse para que las del interior reciban alimento y la colonia prospere. De esta forma, al ser sometida a algún tipo de estrés, la ola de despolarización iónica permite a la colonia coordinar estados metabólicos entre las células al interior y exterior.

Esto significa, que al menos una forma de comunicación en un tipo de bacteria es de naturaleza eléctrica, algo extremadamente similar a cómo funcionan las neuronas en nuestro cerebro.

Entonces ¿Es posible afirmar que las bacterias toman decisiones?

Así es. Y también cometen errores. Yo trabajo en esto desde hace 15 años y cada vez hay más evidencia de que las bacterias “se ganan la vida”, por decirlo de alguna forma, lo que requiere de capacidades cognitivas bastante similares a las nuestras. Estos organismos microscópicos unicelulares, deben elegir basándose en toda la información que tienen a su alcance, cuál es el mejor camino a seguir.

Asimismo, otro aspecto destacable en estos microorganismos –y que los humanos no poseen- es que usan puntos de control. Es decir, cuando deciden tomar un curso de acción, lo ejecutan y luego esperan el resultado. Si el efecto es favorable, entonces continúan por la vía elegida; de lo contrario, modifican su estrategia. Nosotros llegamos hasta el final del camino y recién ahí nos detenemos a considerar las consecuencias de nuestros actos, ya sean individuales o colectivos.

Evolución de la mente. ¿Por qué se interesó en esta área de estudio?

Comencé mis carrera como periodista de investigación, luego me interesé en la biología a medio camino de mi doctorado en Filosofía y terminé estudiando los principios de la cognición en microorganismos. Quise mirar a estos individuos -en teoría los más sencillos del planeta- para poder descartarlos puesto que desde la filosofía siempre me enseñaron que en ese micronivel no había nada capaz de sentir o de experimentar la vida como nosotros la entendemos, algo que resultó ser completamente distinto.

¿Qué desea lograr con su investigación?

Mi esperanza es que los microbiólogos sean capaces de comprender que el trabajo que hacen en el laboratorio tiene más alcances de lo que imaginan. También quiero alentar a los científicos cognitivistas que miran las mentes humanas y animales, a pensar en lo que sucede allí en un nivel más simple, porque en la biología todos nuestros grandes logros se han conseguido gracias a que miramos a las criaturas más sencillas primero. Y si continuamos contemplando la mente desde el lado más complejo vamos a pasar por alto cosas, y nos va a tomar mucho tiempo entender esta área del conocimiento.

A lo largo de su carrera ¿Cómo ha sido para usted ser una mujer en la ciencia?

Ser una mujer en las ciencias no es tan malo. Serlo en el área de la Filosofía, donde yo comencé, es absolutamente horrible. Debes ser paciente, pero no demasiado; ser capaz de dar tu opinión, pero sin demasiado énfasis, de lo contrario estás siendo histérica y molestas al resto. No es fácil ser humano, y es particularmente difícil ser una mujer.