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PRUEBA DE INGRESO A LA UNIVERSIDAD. Más preguntas que respuestas

Publicado 06-04-2003

La nueva prueba no logró superar los problemas, aun trabajando en relativo silencio. Desde el interior del experimento surgen versiones contrarias al proyecto por no aportar preguntas, ni en número ni en calidad suficientes, que justifiquen una millonaria inversión.

 

El tiempo avanza en forma inexorable para la nueva Prueba de Aptitud Académica (ahora llamada Prueba de Selección Universitaria, PSU) que 180 mil jóvenes responderán en diciembre. A pesar del bombardeo oficial asegurando que todo marcha bien, desde el interior del experimento surgen versiones contrarias al proyecto SIES, Sistema de Ingreso a la Educación Superior.

 

Alertan sobre fisuras en este proyecto ganador del Fondo Nacional de Fomento a la Investigación en Ciencia y Tecnología (Fondef, financiado por el BID y el gobierno) sobre cuya base se realizará la nueva prueba.

 

Afirman que este grupo, apoyado desde el 2000 por las más altas autoridades de Educación y que descalificó toda crítica, no habría sido capaz de presentar un número suficiente de preguntas de calidad.

 

Como resultado, según las denuncias, el peso principal de la preparación de las preguntas para los folletos que deben publicarse recayó en el mismo tradicional departamento de la Universidad de Chile (Demre), que realizó durante más de tres décadas la PAA que se trata de reemplazar. Se señala que es una especie de milagro que este Departamento de Medición y Registro Educacional aporte un número de preguntas que salvaría el experimento. Porque, a pesar de que el ex director del Demre, Ramón Berríos, fue removido de su cargo el año pasado por criticar al SIES, esta oficina siguió adelante.

 

Como las preguntas habrían sido confeccionadas muy mayoritariamente por el Demre y no por el SIES, el comentario es que, en la práctica, éste ganó varios millones por cada una de las pocas suyas que sobrevivieron. Porque el 2000, los investigadores Jorge Manzi (U. Católica) y David Bravo (U. de Chile) obtuvieron un proyecto de 261 millones de pesos del Fondef. Se agrega que la cifra real flucturía entre 350 y 600 millones con el aporte de ambas universidades y del Ministerio de Educación.

 

Propuesta aún no validada

Bajo el imperativo de confidencialidad que rodea a la PSU (hasta hace poco conocida como Proyecto SIES), estas versiones son refutadas tanto por el Consejo de Rectores, último responsable de la prueba, como por la comisión técnica a cargo del sistema y ambos ganadores del proyecto SIES.

 

La sospecha es que así el Demre pretendería rescatar una causa que reforzó el liderazgo de la U. de Chile. Pero lo que explica este departamento es que el motivo principal se encuentra en el equivocado criterio de selección que prioriza los conocimientos por sobre la habilidad individual.

 

El SIES aún no valida empíricamente su propuesta, ya que la prueba de ensayo que realizó en septiembre del 2002 a 12 mil alumnos aún no es conocida y quienes están al tanto de sus resultados se escudan en una condición de confidencialidad. Las pocas preguntas conocidas no permiten obtener conclusiones experimentales porque se habrían realizado sin especificar contenidos y objetivos que medir. Se cree que el SIES no acertó en encontrar un buen método para analizar las preguntas.

 

Y mientras la PAA ya habría visto publicar cuatro folletos completos cada año en ayuda de los estudiantes, con la intervención del SIES no hay ninguno.

 

El SIES se puso a trabajar con el Demre luego que el comité asesor del Consejo de Rectores diese la orden tras un divorcio peligroso. Cada uno debería aportar el 50% de las preguntas de la prueba. Así, como ésta consiste en ocho sondeos de unas 640 preguntas en total, el pozo debería llegar por lo menos a unas mil, con el aporte de unas 500 por grupo.

 

El SIES, es la crítica, no habría aportado siquiera la tercera parte de esa cantidad. Pero aún estaría dentro del plazo, ya que el proyecto Fondef establece que en junio dejará de tener injerencia en la prueba. El argumento de Manzi y Bravo en las reuniones de la comisión técnica es que el objetivo del proyecto es entregar – al final- el banco de datos al Fondef para que sea evaluado por expertos externos. Por eso estarían complicados para entregarlo antes. Eso explicaría la escasez de las preguntas, pero como la entrega sería en tres meses más, no se podría trabajar este material.

 

Por eso lo que está claro es que no habrá facsímiles de ensayos o pruebas enteras para que los alumnos se preparen. Hasta ahora se han publicado ejemplos de preguntas.

 

Para nutrir el folleto de pruebas que “La Nación” publicó el 19 de marzo, se denuncia, el SIES habría entregado apenas un centenar de interrogaciones. Y no habrían sido de calidad. Se precisa que envió apenas 15 preguntas de Lenguaje (en lugar de 40 requeridas para el folleto), cuando el compromiso era mandar muchas más al banco de datos sobre el cual se elaboraría la prueba final. De las enviadas sólo cinco habrían contenido análisis técnicos que permitirían medir su calidad.

 

Aún así, esas 15, de las cuales sólo pudieron rescatarse y publicarse esas cinco, eran pruebas de comprensión de lectura…, el plato fuerte de la antigua PAA.

 

Desde el interior del Demre se afirma que muy pocas preguntas sueltas del SIES lograron calidad suficiente para poder ensamblarse en una prueba. El problema, se dice, es que el SIES ingresó a un área en la cual carece de especialistas.

 

Y esto tendría consecuencias. Como el banco de preguntas se encuentra mermado, no habría de dónde elegir un completo facsímil para ayudar a los postulantes con la información necesaria para salvarse del experimento. Se necesitan todas las preguntas existentes para la prueba principal de diciembre, por lo tanto, sólo se podría entregar para el 16 de abril un modelo de prueba. Esto se debate en el comité técnico asesor – compuesto por cinco especialistas de cada una de las universidades, quienes trabajan con la colaboración de los equipos del Demre y SIES- , responsable de aunar el trabajo y la confección de las pruebas y de la información.

 

“Informaciones inadecuadas”

Se comenta en la U. de Chile que el SIES falló, pero jefes y subalternos de las comisiones no pueden decirlo públicamente, ya que se les ordenó canalizar la información a través de la Vicerrectoría Académica.

 

No obstante, en la práctica, la U. está recuperando la PAA a través del mayor protagonismo del Demre.

 

María Isabel Flisfisch, decana de la Facultad de Filosofía de la U. de Chile, presidenta por encargo del Consejo de Rectores del comité técnico asesor encargado de sacar la PSU adelante, rechaza que haya problemas. Y cuando se le pone el ejemplo de las escasas preguntas del SIES en Verbal, sostiene: “No sé de dónde sacan informaciones tan inadecuadas. Hemos trabajado perfectamente bien y cumpliendo nuestro calendario de actividades. Vamos a salir con los folletos en el momento oportuno. Aquí no hay dos equipos que estén trabajando separadamente, como se plantea”.

 

Cuando se le recuerda que un protocolo que estableció el aporte del 50% de preguntas por cada parte revela la existencia de dos equipos, señala: “Efectivamente, hay un protocolo, pero si me llama mañana le podría informar porque tengo que consultarle al comité técnico asesor si es un documento público o no. En todo caso, debe quedar absolutamente claro que las preguntas van a salir de un banco de datos combinado en una misma proporción”.

 

Al día siguiente, su secretaria informó que el protocolo es un documenro interno.

 

Sergio Lavanchy, rector de la U. de Concepción, vicepresidente del Consejo de Rectores y presidente del consejo directivo de la PSU, dice ignorar todo problema.

 

– Ninguno de los informes del comité técnico lo ha manifestado – asegura- . Aquí hay opiniones interesadas y pareciera que se quiere hacer reaparecer una pugna subterránea que el año pasado tuvimos que despejar.

 

Lautaro Cisternas, jefe del Demre, declina al comienzo referirse al tema.”Dirijo un grupo operativo, que trabaja normalmente”, explica. Sin embargo, preguntado sobre el SIES, “se le salió” sin malicia: “El SIES es un proyecto que tiene su fecha de término y que también ha ayudado con algunas ideas que no he cuantificado…”

 

DUDAS CLAVES

Respuestas de Manzi

Jorge Manzi. Académico e investigador de tiempo completo en la Escuela de Sicología de la U. Católica. Usó un período sabático para actuar como coordinador de la mesa de diálogo de derechos humanos. Ahora, éstas son sus explicaciones a las dudas principales al SIES, del cual es uno de sus creadores:

 

Si recibieron 600 millones de pesos, cada pregunta del SIES sería millonaria:

 

– El monto del Fondef es público (261 millones). Estos proyectos funcionan sobre la base de que las universidades hacen aportes reconociendo las horas de trabajo de sus académicos, lo que se traduce en un valor no necesariamente monetario. El valor del proyecto es mucho menos que 600 millones.

 

El SIES sólo entregó 15 preguntas de Verbal para la publicación del folleto del 19 de marzo, de las cuales el Demre sólo seleccionó cinco:

 

– No es efectivo. Estamos trabajando sobre la base de la convocatoria realizada por el comité técnico en forma bastante armoniosa.

 

Cuántas presentó entonces:

 

– Pueden ser 15, pero hicimos llegar un conjunto de preguntas de acuerdo con los números acordados. Ellos lo hacen igual.

 

Qué sucedió en ese folleto:

 

– La responsabilidad, según se acordó, quedó radicada en el Demre. No estuvo previsto que se tuviera que llevar a cabo la tarea en conjunto. En cambio, en los modelos de prueba (facsímiles), como los del 16 de abril, se hace una selección conjunta de las preguntas. El proyecto SIES nunca se planteó con la intención de sustituir al Demre. Este sigue como responsable de la administración, inscripción de alumnos, de la difusión del material y de la determinación de los puntajes. Nuestro aporte es producir bancos de preguntas para pruebas.

 

Cómo entonces el Demre se hizo cargo de las preguntas del folleto inicial de marzo:

 

– Porque tenía un carácter informativo general del contenido de las pruebas más que centrado en las preguntas, de las cuales sólo se dio una idea.

 

También serán más las preguntas del Demre en el folleto del 16 de abril:

 

– Es imposible saberlo porque aún no están seleccionadas por los equipos técnicos.

 

Si en total el SIES no entregó más de cien preguntas cuando se necesitaban 500:

 

– Hacemos los aportes que corresponden. Ahora estamos dedicados a la etapa de difusión (modelos) y después viene la de confección de pruebas.

 

Elaboración del 50% de preguntas por lado:

 

– Sería poco serio. Los equipos tienen que acordar criterios para seleccionar las mejores preguntas que cumplan con los criterios técnicos. No es el punto si son 80 de uno y 20 del otro.

 

Demre suple lo no entregado por el SIES:

 

– No corresponde. El acuerdo es simplemente aportar preguntas a un proceso común. Nuestra colaboración se desarrolla en los plazos acordados y tomamos todos los resguardos técnicos para que las pruebas sean buenas. Estamos tranquilos.

 

Si el SIES cumpliría su proyecto si trabajaba con la U. de Chile, que no fue parte de él:

 

– El proyecto Fondef se hizo siempre con el Demre como contraparte. Porque el producto de nuestro esfuerzo de investigación estaba previsto desde su origen para que éste lo incorporara a las pruebas de admisión. Hacemos lo que estaba previsto.

 

Por qué no se conocen los resultados de la muestra de ensayo de septiembre del 2002 y cuántas preguntas resultaron satisfactorias y malas:

 

– Los conoce el comité técnico. Estos estudios se hacen con una estimación inicial de perder hasta la mitad de las preguntas. Y estamos seleccionando bastante más de la mitad de las que testeamos.

 

 

El Mercurio

6 de abril de 2003

página 10

 

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