Noticias

Éxitos de vacuna anticancerígena

Publicado 17-08-2003

Pacientes con tumores malignos arrojaron resultados alentadores al aplicárseles una vacuna biológica de vanguardia: se redujo la masa y prolongaron su vida. El equipo chileno a cargo del experimento asegura que la terapia abre nuevas esperanzas de curación para diferentes tipos de cáncer.

 

 

El Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) entregó 350 millones de pesos a investigadores de la Universidad de Chile, encabezados por el biólogo Flavio Salazar y el cirujano oncólogo Carlos Ferrada, para continuar con el desarrollo de un tratamiento pionero en América Latina contra el cáncer.

 

El trabajo realizado hasta ahora sólo fue posible con fondos aportados por estos mismos médicos y el apoyo del Instituto Karolinska, de Estocolmo. Pero el esfuerzo tuvo su recompensa.

 

Primero, se seleccionó a 15 pacientes con melanoma maligno (cáncer a la piel) que ya estaba diseminado al pulmón, hígado y otros órganos. Luego se les administró a cada uno de ellos varias dosis de una vacuna biológica de última generación. El resultado fue alentador: ninguno de los pacientes falleció a causa del tratamiento y, al contrario, en una proporción importante se consiguieron respuestas positivas (disminución de la masa del tumor) y prolongaron su vida.

 

De vanguardia

La “terapia inmunogénica” es la estrategia que Carlos Ferrada y Flavio Salazar decidieron aprovechar.

 

La técnica empleada es la siguiente: extraen sangre del enfermo y aíslan a los glóbulos blancos, que son cultivados en el laboratorio. Los convierten en un tipo de célula especial (dendrítica o estrellada), que recibe extractos de células tumorales. Finalmente éstas, ya activadas, que contienen los extractos de células tumorales, se reinyectan a los pacientes para provocar una respuesta inmunológica contra el tumor.

 

Flavio Salazar, académico del Programa de Inmunología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica:

 

-Estamos hablando de una vacuna biológica. Tomamos parte de las células malignas, hacemos un preparado de melanoma. Estas células son transformadas en células activas contra el cáncer y reintroducidas al paciente, a través de una vía subcutánea. Ahí viajan células especiales, las llamadas células dendríticas, son ellas las que llevan el antígeno que es la información contra el melanoma a los sitios adecuados para inducir una respuesta inmunológica’.

 

Agrega: “Lo más novedoso del tratamiento es la producción de estas células dendríticas. Son capaces de llevar el antígeno para combatir el cáncer. Reducen la masa del tumor y hemos encontrado evidencia de respuestas inmunológicas que se pueden detectar en el laboratorio. En definitiva, estas células dendríticas inducen en el paciente la producción de glóbulos blancos específicos contra el tumor”.

 

Según Flavio Salazar, esta técnica tiene consecuencias hasta ahora insospechadas:

 

-El nuevo tratamiento tiene proyecciones no sólo de alargar la vida de los pacientes, sino de curar la enfermedad. Ya se ha logrado que el 15% se cure. Los pacientes que nosotros tratamos tienen cáncer de melanoma en estado muy avanzado, pero hemos tenido respuestas muy positivas. Desaparecieron algunos tumores, se achicaron otros.

 

Más vida

Carlos Ferrada, cirujano oncólogo de la Clínica Alemana y profesor de cirugía de cáncer del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, especializado en el M.D.Anderson Cancer Institute de Houston, asegura que se han comenzado a vislumbrar nuevas esperanzas de curación para diferentes tipos de cáncer.

 

“En países desarrollados los resultados más consistentes se han producido en el tratamiento del melanoma – explica Ferrada- . Los obtenidos por el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. y otros centros especializados arrojan índices de curación para pacientes con esa enfermedad diseminada y que no tenían ninguna opción de vida, del 15%. Esta cifra que pareciera ser modesta representa un avance gigantesco porque muestra que el camino a la curación va por esta vía. ¡Si en una fase avanzada de la enfermedad cura un 15%, en pacientes de alto riesgo o en fases más tempranas debe ser mucho más efectivo!”.

 

Agrega:

-Son susceptibles de ser tratados con esta terapia los linfomas, cáncer de colon, riñón, próstata y, probablemente, la leucemia. Incluso, vamos a comenzar a desarrollar ahora un proyecto para el tratamiento de un tipo específico de tumor cerebral, aunque en este caso las células que inyectamos no son capaces de traspasar la barrera encefálica, por lo que será necesario poner estas células en bolsitas microscópicas y ubicarlas directamente en el tumor. Debemos comprender que esto es una revolución en la medicina, si no estamos perdidos. La brecha con los países desarrollados aumentará y después será prácticamente imposible alcanzarlos. ¡Esto es una revolución completa de la medicina!

 

En Francia ya se están administrando vacunas de vanguardia a pacientes que, aun sin tener metástasis, están en alto riesgo de producirla. También se está administrando a pacientes con “linfoma no hodking”, un cáncer que ataca a la sangre distinto a la leucemia.

 

“En algunos países como EE.UU., Francia y Alemania cada grupo de investigadores desarrolla sus terapias con algunas diferencias – dice Salazar- . Pero ellos están tan avanzados como nosotros”.

 

Las indagaciones que ahora emprenderá el equipo médico que encabeza Ferrada y Salazar apuntan a tres objetivos: tratar a 15 pacientes con melanoma en un estado menos avanzado; a 15 pacientes con “linfoma no hodking” y a otros 15 que padecen cáncer al riñón. En algunos casos se les inyectará además una proteína que multiplica las células que atacarán directamente el tumor.

 

Con los recursos entregados por el Fondef se está construyendo una gran ampliación del laboratorio de alta seguridad biológica, que funciona en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Aquí trabajarán, a partir de mediados de agosto, expertos en bioingeniería genética. Ellos congelarán, manipularán células y producirán las vacunas.

 

RECUADRO

Quiénes producen las vacunas

El biólogo Flavio Salazar inició sus investigaciones en inmunología en Suecia, en el Instituto Karolinska de Estocolmo. Regresó a trabajar a la Universidad de Chile en 1999 y un año después conoció a Carlos Ferrada, cirujano oncólogo de la Clínica Alemana y profesor de cirugía de cáncer del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

 

El encuentro fue el punto de partida para la creación de vacunas biológicas contra el cáncer, aunque en Chile hasta ahora sólo se han administrado a pacientes con melanoma avanzado, una suerte de cáncer a la piel que se reproduce en forma desordenada, comprometiendo distintos órganos: hígado, pulmones y otros.

 

Carlos Ferrada reflexiona: “Durante mi vida he tenido demasiadas experiencias que me han señalado que muchas veces están los medios, pero por desidia, falta de imaginación, o simplemente por pobreza espiritual, no se solucionan problemas sociales enormes que con imaginación están totalmente al alcance de ser superados. La pobreza no tiene un trasfondo económico, es un problema de estado mental. Conocí a un biólogo científico, el Estado había hecho un esfuerzo en recuperar ese cerebro para el país, pero su trascendencia era estar en un pequeño laboratorio trabajando con animales, como miles de científicos en el mundo. El cambio se produjo al unirnos, a esa persona – Flavio Salazar- se le podía sacar un provecho inmensamente superior. Producto de esa unión, hoy estamos en un programa de tratamiento de cáncer de vanguardia, único en Sudamérica, totalmente a la par con cualquier centro de cáncer de países del primer mundo”.

 

Agrega:

 

-Lo anterior ha generado una corriente de entusiasmo contagioso en muchos médicos clínicos, como también en científicos básicos. Se dieron cuenta que era factible que con proyectos bien preparados, con una aplicación práctica inmediata hacia los enfermos y con la idea base de una alianza entre la empresa privada y los fondos de transferencia tecnológica asignados por el Estado, se podían llevar a cabo ideas creativas.

 

El equipo a cargo de Ferrada y Salazar tiene dos áreas de trabajo: laboratorio, encabezado por el biólogo, y el equipo médico clínico, que dirige el doctor Ferrada. Ambos destacan la estrecha colaboración de la inmunóloga Mercedes López y, en las nuevas investigaciones que ahora emprenderán participarán Juan Honeyman (profesor titular de Dermatología en la Universidad de Chile) y otros profesionales de esa casa de estudios y también de la Clínica Alemana.

 

Contarán con recursos del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, que aportará el 60% del capital. El Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile pondrá otro 20% del capital y algunas empresas el 20% restante.

 

Una de las empresas asociadas al proyecto, “Oncobiomed”, se ha asociado a “Tecnofarma”, que cuenta con filiales en 16 países latinoamericanos.

 

“Esto hace pensar en un futuro, no lejano, en la posibilidad de expandir la atención biotecnológica de este tipo de tratamientos hacia toda Sudamérica. No es un sueño creer que vamos a poder tratar las células que recibimos de enfermos de esos países, modificarlas y enviarlas para que los pacientes sean vacunados”, dice Ferrada.

 

El Mercurio

17 de agosto de 2003

página D-19

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *