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Sonda venderá software diseñado por la UC

Publicado 14-04-2004

En junio saldrá a la venta el primer producto, fruto de un esfuerzo en conjunto entre la empresa y el mundo académico.

 

Roberto Echeverría, dueño de la viña Echeverría, tiene una buena historia. Hace no muchos años, Australia y Chile poseían entre el 2 y 3% (cada uno) del mercado del vino en Inglaterra. Francia era la reina indiscutida con cerca del 40% de las ventas.

 

Resulta que este año, Chile subió a un 6% y Australia destronó a Francia. “Eso que partieron mucho después que nosotros”, comenta Echeverría, miembro de la Asociación de Viñas.

 

“Los australianos atribuyen gran parte de su éxito comercial a su inversión en tecnología. Ellos lograron identidad tecnológica. No se conformaron con ser esclavos en este ámbito”, añade.

 

“En esta carrera, la única forma de mantenerse entre los primeros es lograr independencia tecnológica”, concluye Echeverría.

 

 

Varios millones

 

Aquí es donde entra el Centro del Vino de la UC (Ceviuc). Se ganaron un Fondef (un fondo de Conicyt) para investigar qué le hacía falta a los viñateros. Se aliaron con la Asociación de Viñas. Encontraron harto por hacer. El Ceviuc apostó por nuevos software e instrumentos tecnológicos que sirven de aspirina para los enólogos (ver recuadros).

 

Desde junio, Sonda venderá un software que diseñó el Ceviuc en 200 UF ($3.360.000). Y es que a esta firma le interesa el tema del vino.

 

Hace ocho años, Alfonso Escobar -subgerente de Sistemas de Sonda- desarrolló Kupay (del mapudungún “vino”, aunque después descubrieron que era de “venir” y no del delicioso brebaje).

 

En la actualidad, unas 40 viñas (60 bodegas) tienen su software que cuenta con cinco módulos (áreas de trabajo); cada uno cuesta UF 250, más de $4 millones.

 

La especialidad de Kupay es la trazabilidad -el árbol genealógico- de los vinos. El desafío del Ceviuc, entonces, era crear cosas que Kupay y otros software no cubrieran. “Hay que partir de la base que nosotros conocíamos a Kupay y no queríamos competir con éste”, explica Horacio Morandé, encargado del proyecto Fondef por parte de la UC.

 

Y ese talón de Aquiles era un planificador de la cosecha.

 

Una viña mediana transforma 3 millones de kilos de uva en poco más de 2 millones de litros de vino.

 

Imagínese un día: caminan por la viña el enólogo y el jefe de campo (un agrónomo) y ven que unos 50 mil kilos de uvas están listas para cosechar. Tienen que llamar a los temporeros y coordinar la capacidad de las cubas (donde se guardan los mostos).

 

Ambos calculan que usarán las cubas 2 y 5 para los chardonnay y la 7 y 8 para los sauvignon blanc. Piensan que los días que tomará el mosto en transformarse en un delicioso vino blanco serán los justos antes de que las uvas de los merlot y los cabernet sauvignon estén listas y ocupen las mismas cubas. Tiemblan para que se ocupe al máximo la capacidad de éstas.

 

Alianza etílica

 

El enólogo toma varias horas al día en organizar estas tareas. Su escritorio está lleno de papeles con instrucciones.

 

El software del Ceviuc quiere terminar con esto ingresándole al sistema una serie de datos sobre la uva (fecha óptima de cosecha y el tiempo en que ésta puede posponerse o adelantarse, además si la cosecha es manual o mecánica), sobre la mano de obra (costos, duración de los contratos) y sobre el clima (si llueve o no).

 

Y luego el enólogo empieza a jugar: si cosecho mañana, ¿cuánta gente necesito? El software le dice: “100”. “Uf, mucha gente”, piensa. Y si contrato 50, ¿qué pasa? El software le dice: pierdes “tanto” en la calidad de tus vinos. “Ah, pero esa uva no me importa tanto, como esta otra premium, así que no podríamos esperar un poco, no perdemos tanto dinero”, medita el profesional.

 

“La idea es que el software te diga: ‘Oye, si tú no cosechas mañana cuánto te cuesta'”, explica Escobar. Y añade: “Éste es el punto de partida de una alianza” (venderán otros software).

 

El doctor Eduardo Agosín, director del proyecto por parte de la UC, está feliz con los logros del proyecto. “Pienso que el principal fruto de este proyecto es la generación de confianza entre la universidad y la empresa”.

 

Y cómo no pensarlo. La Asociación de Viñas firmó un acuerdo con la UC. Se trata de una versión criolla del modelo australiano: por dólar que pone la industria del vino en investigación, el estado australiano pone otro.

 

La Asociación le entregará 20 mil UF (casi $350 millones) por los próximos cinco años al programa “UC-Viñas de Chile” para realizar investigación científica.

 

¡Salud por eso!

 

A balazos

 

A todos nos han tocado granos dulces y ácidos en un mismo racimo. ¿Cómo hacen los enólogos para tener una visión promedio de los racimos? Los de la UC aportaron con la pistola NIR, que mide los azúcares, la acidez y el color de las uvas. Este producto puede muestrear varios granos de un mismo racimo, lo que disminuye los márgenes de error. Esta vendimia terminarán las calibraciones. Venderán la pistola como producto o servicio.

 

 

Además, durante una vendimia, el Ceviuc tenía una cuba (con miles de litros de vino) llena de sensores. Los enólogos miden la temperatura y la densidad para saber si las levaduras están haciendo bien su trabajo. Los de la UC se dieron cuenta de que la temperatura no es la misma en todos los puntos de la cuba. Construyeron un equipo para poder vigilar qué pasa dentro de ésta y diseñaron un modelo para simular la fermentación. Sonda está interesada en venderlo.

 

¿Cuántos somos?

 

Así como es básico para un gobierno saber cuántas personas viven en un país (y para eso existen los censos), los viñateros necesitan saber cuántos kilos de uvas cosecharán. Los métodos de predicción actuales tienen un margen de error de 30%.

 

 

Los de la UC quieren disminuir esta brecha: crearon un Sensor de Volumen de Racimos (SVR), un aparato que rodea todo el racimo dentro de una especie de cápsula sin cortarle el tallo (antes se seleccionaban sólo granos). Esto permite al usuario saber cómo van creciendo sus uvas y, por sobre todo -gracias a un modelo estadístico- determinar en noviembre los kilos de uva que cosecharán en marzo.

 

 

El SVR emplea 6 pilas AAA y se conecta al PC mediante una interfaz USB. La viña Ventisquero contrató el año pasado el servicio. Están patentando el producto y piensan venderlo en el extranjero.

 

Fuente: El Mercurio (A)

Fecha: 12/04/2004

Periodista: Eliette Angel V.

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