Noticias

La Ciencia de hacer Ciencia en Chile

Publicado 16-08-2004

Antes de este viernes Chile tendrá dos nuevos Premios Nacionales de Ciencia. Al interior de la comunidad científica hay nerviosismo y nadie aventura un ganador. En medio del suspenso, connotados científicos aprovechan la oportunidad para reflexionar sobre los premios en sí y los desafíos que deben sortear los investigadores en Chile de cara al futuro. He aquí sus hipótesis.

 

Al país le hace falta reflexionar más sobre el acervo científico. Pero a los científicos que trabajan en investigaciones aplicadas en sus laboratorios también les hace falta plantearse desafíos más concretos para aportar al desarrollo de Chile”, reflexiona Nibaldo Inestroza, director del Centro de Regulación Celular y Patología de la Universidad Católica, y uno de los más connotados científicos criollos.

 

Según Inestroza, la clave para dar este paso radica en destinar recursos en trabajos de investigación que sean de utilidad para el desarrollo productivo del país. Una visión similar es la que tiene Mary Kalin, investigadora del Centro de Estudios Avanzados en Ecología y Biodiversidad y también nominada, quien sostiene que “la comunidad científica para hacer ciencia en Chile y en cualquier parte del mundo, debe abrirse mucho más a la sociedad, difundir su saber y mediar formulas de aproximación con el sector empresarial”.

 

Los Premios Nacionales de Ciencia sirven de antesala para proyectar y reflexionar sobre el estado de la ciencia en Chile. De aquí al viernes se sabrá quiénes ingresarán a la selecta lista de los 32 que se han adjudicado este premio, un estímulo que se viene otorgando desde 1970 (25 en Ciencias Naturales y seis en Ciencias Aplicadas y Tecnológicas).

 

La comunidad científica está expectante, pues un reconocimiento de esta envergadura sólo se otorga una vez al año, transformándose en un silencioso, pero codiciado galardón.

 

“Me siendo verdaderamente honrada en ser una de las nominadas a los premios de ciencia 2004. Este tipo de distinciones son significativas, porque es un estímulo del país a quienes trabajamos por hacer ciencia en Chile”, comenta Kalin, una de las nominadas.

 

“La ciencia chilena está en muy buen nivel internacional y local”, pero denuncia un severo desgaste. “Los científicos de alto rendimiento están muy agobiados, muchos sufrimos de estrés y hay escaso tiempo para pensar en nuevas investigaciones. Nuestras agendas están sobrecargadas y nos faltan investigadores para cubrir todas nuestras rutinas diarias”.

 

Inestroza en tanto, también se siente honrado con su postulación. “Pocos llegan a ser candidatos al Premio Nacional de Ciencias, por lo tanto, ya me siento satisfecho, más allá de ganar o no. Estoy contento, porque se ha reconocido mi esfuerzo por hacer ciencia en Chile, con instrumentos e investigadores locales”.

¡Reformular los premios!

 

Pero no todos están de acuerdo con el sistema de premiación. Mario Rosemblatt (que no fue nominado), director ejecutivo de la Fundación Ciencia para la Vida (FCV), postula la necesidad de reformular la selección del jurado para los próximos Premios Nacionales.

 

“Me parece un detalle importante que existan estas instancias para premiar a lo mejor de lo nuestro, pero creo que la constitución del jurado científico debería ser diferente a como se concibe hoy. Más idóneo sería que un grupo de científicos que hagan ciencia y que hayan sido reconocidos o premiados con anterioridad diriman quién es el ganador 2005”, reflexiona.

 

Kalin sostiene estar conforme con la fórmula adoptada para constituir el jurado, pero aprovecha la ocasión para sugerir una reformulación al premio en cuestión. “Para mí no existen las ciencias aplicadas, es una palabra que no debería ser utilizada. Se llama ciencia, y ésta se hizo para ser aplicada. Porque una persona que aplica la ciencia no necesariamente es un científico, puede ser un técnico”.

 

La ecóloga sostiene que la gente se olvida que la ciencia es una cultura que está al servicio de producir algo, como una idea o una nueva forma de ver las cosas. “Por eso creo que debería premiarse a la ciencia como un todo y no por separado, como actualmente se hace”.

 

Rosemblatt se muestra en total desacuerdo con la noción de que las ciencias tienen que ser aplicadas. “Luis Pasteur postulaba que sólo existe una buena ciencia, la ciencia y las aplicaciones. No hacía distinciones entre la ciencia pura y la ciencia aplicada”.

El científico reafirma su cita esgrimiendo que “no se puede pensar en hacer buenas ciencias sino se cuenta con un núcleo de científicos básicos. Yo estoy de acuerdo con que existan dos premios de ciencias por separado, pues son dos áreas muy distintas”.

 

Pesos para investigar

En la última década, la investigación científica en Chile emprendió avances considerables, aprovechando diversos instrumentos dispuestos a promocionar la ciencia, como la creación de las Cátedras Presidenciales, fondos concursables otorgados por Conicyt (Fondef y Fondecyt), además, de otros estímulos económicos, como la Iniciativa Milenio (IM), instrumentos Corfo para innovaciones de vanguardia, el Fondo de Innovación Pesquera (FID), aportes del Banco Mundial, entre otros.

 

También destaca la Comisión asesora presidencial, y fondos más recientes, como el Programa Bicentenario de Ciencia y Tecnología, que busca estimular líneas de investigación orientadas al desarrollo de la economía nacional. La tendencia actual apunta al desarrollo de investigaciones que presenten matices empresariales, de manera de formar consorcios empresariales científicos y/o tecnológicos.

 

“En la Universidad Católica fomentamos en nuestros alumnos y en el propio quehacer científico personal, el reflexionar muy bien antes de actuar. Planteando una buena pregunta y documentándose adecuadamente, es factible hacer ciencia de avanzada en Chile, aún cuando los recursos puedan ser insuficientes. La clave es pensar bien lo que se proyecta investigar”, aconseja Inestroza.

 

Aunque la ciencia en Chile siempre se ha hecho principalmente en la universidad, en una proporción cercana al 90%, últimamente las empresas comienzan a explorar tibiamente la factibilidad de hacer investigación. Pero en Chile el empresario es conservador y se dedica a ganar dinero seguro, mientras que el científico se toma sus tiempos para investigar, lo que hace complejo establecer dentro de la mentalidad local la factibilidad de formar alianzas.

 

Pese a que existe consenso sobre la insuficiente cantidad de recursos que se destinan a fomentar la investigación en ciencia y tecnología, los investigadores consultados reconocen que es posible hacer buena ciencia. El presupuesto es poco, pero lo importante es inventar nuevos modos de funcionar en investigación científica.

 

ALGUNOS CANDIDATOS

Entre los nombres que suenan con fuerza para adjudicarse la máxima distinción en sus respectivas áreas son:

 

Cecilia Hidalgo: Investigadora de la Facultad de Medicina de la División de Ciencias Médicas Norte del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM).

 

Esteban Rodríguez: Investigador titular del Instituto de Histología y Patología Universidad Austral de Valdivia y profesor de Histología y Embriología.

 

Fernando Orrego Vicuña: Médico de la Universidad de Chile, especializado en Bioquímica. Actualmente asociado a la Universidad Austral.

 

Ricardo Maccioni: Bioquímico, director e investigador del Instituto Milenio de Estudios Avanzados en Biología Celular y Biotecnología.

 

 

 

Publicado en La Nación

31 de agosto de 2004

pagina 16

Periodista: Erick Bellido

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *