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Cala y papas serán los cultivos modelos

Publicado 16-02-2005

El profesor del Instituto de Producción y Sanidad, Luigi Ciampi elaboró un proyecto Fondef denominado “Formulaciones y estrategias para mejorar el biocontrol de enfermedades en cultivos de elevada importancia socioeconómica en Chile. Modelos: Rhizoctonia solani en papas y Erwinia carotovora en calas”.

 

El investigador está muy conciente que enfrentar las situaciones agrícolas en la actualidad ha significado para el sector productivo tener que utilizar en muchas ocasiones tanto en intensidad como en persistencia, productos biocidas. “Eso ha venido ocurriendo por muchos años, lo que ha generado una corriente de investigación orientada al desarrollo de productos biológicos”, plantea.

 

Formulaciones

Esta propuesta apunta a que en Chile se construyan y elaboren formulaciones biológicas específicas para el control de enfermedades de las plantas.

A juicio de Ciampi, “desarrollar productos de esta naturaleza, implica, resolver, o proponer, una salida tecnológica a dos realidades. La primera apunta a la disminución de productos biocidas que el país importa y aplica todos los años. Segundo, a enfrentar con dignidad productiva la agricultura chilena, cuyos bienes agropecuarios deben ser sanos y libres de sustancias nocivas para poder competir en un mundo globalizado”.

 

En nuestra realidad productiva se utilizan escasos productos biológicos para combatir patógenos vegetales, todos ellos de origen foráneo. La oportunidad se presenta con el desarrollo realizado en la Universidad Austral de Chile en el área de microorganismos útiles para la agricultura. Esta vasta experiencia ha implicado estudiar bacterias en su hábitat natural, los productos que biosintetizan, y generar formulaciones específicas, terminando en la presentación de una patente de invención en Chile, relacionada con agentes de control biológico.

 

 

Desafíos

Según Ciampi, el objetivo esencial de este proyecto es diseñar formulaciones específicas de productos biológicos los cuales serán aplicados a través del riego tecnificado. Estos estarán constituidos por microorganismos específicos. Esta tecnología está diseñada para ser utilizada en invernadero y a campo. Para ello se ha seleccionado como cultivo modelo, al de la cala, flor de corte de rápida expansión exportadora en Chile, y que es severamente afectada por bacterias causantes de pudriciones húmedas (Erwinia carotovora).

 

Tal como explica Ciampi, contra este agente no hay productos eficientes, siendo también de gran preocupación en países extranjeros productores de cala, como lo es Nueva Zelanda. De igual forma, se ha seleccionado el cultivo de la papa para aplicar controles biológicos que hagan menos grave el ataque de la sarna negra provocada por Rhizoctonia solani.

También, para este problema productivo, existen productos fungicidas, con resultados muy limitados.

 

Otro de los desafíos propuestos por el investigador son generar uno o más productos biológicos con resultado erradicativo de la población del patógeno, implica mejorar la rentabilidad del cultivo ya sea de papa o de cala. “Hay un mercado potencial, para este tipo de soluciones biológicas, que se está expandiendo en Chile y que se relaciona con la agricultura orgánica. Mercados internacionales de fruta, hortalizas y vino demandarán productos de esta naturaleza. Los usuarios agrícolas empeñados en exportar limpio y de seguro están dispuestos a utilizar estas nuevas soluciones. De hecho, el mercado mundial ya muestra una treintena de productos biológicos”.

 

 

Los resultados económicos

Cifras manejadas por expertos en sanidad vegetal de la Universidad Austral de Chile han dimensionan el mercado nacional de biocidas en una cifra cercana a los 80 millones de dólares al año. Apropiarse de un porcentaje, aunque sea en un pequeño, sería muy importante para el país. Por ello, es que se esperan resultados patentables al finalizar el tercer año de ejecución de esta iniciativa de Investigación y Desarrollo.

 

Respecto de los resultados económicos, se espera que los biocidas desarrollados puedan capturar el 6% del mercado representado por las empresas productoras y distribuidoras de productos fitosanitarios, a través de la comercialización de las patentes solicitadas.

 

Se deberán esperar cinco años, a partir del inicio del proyecto para obtener los primeros beneficios económicos por las patentes, y siete para incorporar este nuevo insumo biológico al proceso productivo de papas y calas, con un 10% de aumento en sus niveles de producción por año. Se requerirá de siete años para entrar en régimen.

 

Respecto de los beneficios económicos-sociales, serán los mismos años para capturar los primeros beneficios y siete para entrar en régimen. Los impactos institucionales será generar propiedad intelectual de elevado valor comercial y a la vez que esto permitirá resolver serias limitantes productivas de la agricultura de Chile.

 

El Austral de Osorno

Campo Sureño

14 de febrero de 2005

 

https://www.conicyt.cl/bases/fondef/PROYECTO/03/I/D03I1140.HTML

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