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El esmog puede producir cáncer

Publicado 15-04-2006

ESTUDIO REVELA QUE PELIGROSOS TÓXICOS EN EL AIRE DE SANTIAGO PROVOCARÍAN HASTA 900 CASOS AL AÑO.

 

Cáncer al pulmón, vejiga, linfático y de mamas. Mutaciones, infertilidad y retardo en la maduración sexual de adolescentes. Todas patologías causadas por dos compuestos químicos no monitoreados por la autoridad ambiental. Un estudio elaborado por un científico asesor de la intendencia confirma el riesgo para la población. Santiago está irrespirable.

 

Antonio Valencia

 

Estudios de este tipo casi no existen en Chile. Tres años tardó el equipo liderado por el químico y doctorado en ciencias naturales Francisco Cereceda, de la Universidad Técnica Federico Santa María, en comprobar la existencia de hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) y Bifenilos Policlorados (PCBs) en el aire de Santiago. Se trata de compuestos potencialmente cancerígenos que a diario respiran los capitalinos.

 

El estudio también reveló que la probabilidad de que chilenos desarrollen cáncer por esta causa se eleva hasta 900 casos por año. Lo grave, además, es que ninguno de estos compuestos es monitoreado por los sistemas oficiales.

 

Este estudio sale a luz pública una semana después de que se conociera la auditoría al plan de descontaminación atmosférica de Santiago, y luego del error por no decretar alerta ambiental el domingo, pese a los malos índices.

 

Al complejo trabajo de toma y especificación de muestras para detectar la presencia de ambos compuestos químicos, le siguió el análisis toxicológico. Los HAPs son responsables del cáncer al pulmón, linfático y de vejiga en razón de su gran potencial como agentes mutagénicos y carcinogénicos.

 

A su vez, los PCBs modifican la actividad hormonal, producen alteraciones reproductivas, infertilidad, interferencias en el desarrollo embrionario, retraso en

 

Francisco Cereceda, trabajó tres años en el estudio que vincula el esmog con diversos tipos de cáncer.

la concepción de hijos, retardo en la maduración sexual en adolescentes e incidencia en la aparición de cáncer de mamas.

 

Con las muestras, obtenidas en los últimos tres inviernos desde las estaciones de monitoreo del Parque O’Higgins (uno de los pulmones verdes de la capital) y Pudahuel, que poseen niveles medio y altos de contaminación, se calculó el riesgo que sufrirían los ciudadanos en función de los Factores de Toxicidad Equivalentes (FTE) entregados por la Organización Mundial de la Salud. La exposición prolongada a estos contaminantes produciría entre 60 a 900 nuevos casos de cáncer en Santiago.

 

“La OMS indica que la contribución del aire en la ingesta diaria de PCBs no debiera ser superior al 5%. Los niveles de PCBs detectados en el Parque O’Higgins indican que una persona está expuesta a absorber hasta un 1%, pero en Pudahuel el riesgo sube entre el 12% y 50%, es decir, un valor muy por encima de lo recomendado”, detalla Cereceda, académico que ayer participó en la segunda reunión del grupo de especialistas convocado por la Intendencia Metropolitana para abordar la revisión del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) de Santiago.

 

Seguimiento y reducción

 

No fue fácil desarrollar el estudio dada la escasa presencia en Chile de expertos, equipos y softwares para abordar la investigación. Y tampoco resultó barato: 266 millones de pesos fueron aportados por Fondef. Con este dinero, el equipo de Cereceda logró contar con el respaldo de los departamentos de Patología y del Laboratorio de Contaminación Atmosférica Experimental de la Facultad de Medicina de Sao Paulo, uno de los más especializados de Sudamérica.

 

Por cierto, Cereceda precisa que se hace necesaria la continuidad del hoy inexistente monitoreo cuyo costo, aún sin financiamiento, bordea los 50 millones de pesos por año. Nada fácil cuando la drástica reducción del presupuesto que el Gobierno central ha destinado al combate del esmog: de 800 millones de pesos en 2001, llegó a 160 millones en 2006. Invertir en esto, dice Cereceda, a larga es más barato que destinar altas sumas de dinero en tratamientos contra el cáncer.

 

“Noruega suma 27 años de seguimiento a compuestos tóxicos en el aire”, ejemplifica Cereceda. Y en Santiago, el constante monitoreo se hace necesario, además, porque todos los estudios realizados por la U. Federico Santa María se efectuaron antes de la implementación parcial del Plan Transantiago. Lo clave es ver, entre otras fuentes de contaminación, el real aporte del sistema de transporte urbano a la calidad del aire de la capital.

 

“Y ojo, pues sólo estamos monitoreando apenas dos de los más peligrosos compuestos entre los miles de tóxicos que contiene el aire santiaguino. Es apenas una pequeña parte que, por supuesto, podría ser peor”, acota Cereceda. Por la misma razón, estima que se deben incorporar de modo permanente esta clase de mediciones, y además realizar esfuerzos para reducir la emisión de HAPs y PCBs provenientes de fuentes tan diversas como toda clase de vehículos motorizados, refrigerantes, pesticidas, lubricantes, transformadores eléctricos y plantas termoeléctricas.

 

MINSAL PROPONE INCORPORAR MONITOREO DE VIRUS RESPIRATORIOS

 

Dentro de las propuestas que se incorporarán en el rediseño del actual Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA), se encuentran la realizada por el Ministerio de Salud, que incluye por primera vez las variables biomédicas.

 

La idea es utilizar la Red de Vigilancia de Virus Respiratorios que maneja la cartera en conjunto con el Hospital Clínico de la Universidad Católica, y que permite monitorear cada semana las infecciones que circulan en la capital.

 

“Como ministerio tenemos un sistema de medición a parte del que mide las partículas contaminantes y que se chequea constantemente. Esta información es utilizada durante la Campaña de invierno para que los consultorios y servicios de urgencias estén preparados en cuanto a la demanda de personas enfermas”, aseguró la ministra de Salud, María Soledad Barría.

 

El monitoreo de virus respiratorios agudos se realiza a través de cinco centros centinela de la Región Metropolitana: Servicio Urgencia del Hospital de la Universidad Católica, Unidad de Pediatría Centro Médico San Joaquín, Servicio Urgencia Hospital Padre Hurtado, Clínica Miguel de Servet y el Servicio de Salud Metropolitano Central (Consultorio Nº 5).

 

LA NACIÓN

13/ABR/2006

 

https://www.conicyt.cl/bases/fondef/PROYECTO/02/I/D02I1128.HTML

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