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Bacterias trabajarán por el sueldo de Chile

Publicado 14-09-2006

Tres microorganismos permitirán que los yacimientos mineros vivan por más tiempo. La Presidenta visita hoy la empresa que los descubrió y patentó.

 

Hoy la Presidenta Michelle Bachelet verá en acción a tres microorganismos chilenos que serán vitales para la industria del cobre y el futuro económico de Chile. Ellos están en Colina, trabajando silenciosamente en los modernos laboratorios de la empresa Biosigma.

 

Las estrellas son Wenelen, Licanantay y Yagán, bacterias que permitirán que Chile duplique los yacimientos explotables comercialmente de cobre.

 

Estas obreras microscópicas disuelven el metal rojo, separándolo del resto de material, en un proceso llamado biolixiviación.

 

Sin ellas el panorama sería algo más que sombrío, ya que a medida que la demanda mundial de cobre crece la ley de nuestros yacimientos baja. Si en 1976 la ley promedio de los yacimientos cupríferos era de 1,76, ahora es algo menor que 1. Y seguirá descendiendo.

 

Lo explica Juan Enrique Morales, vicepresidente corporativo de Desarrollo de Codelco y presidente del directorio de Biosigma: “A medida que los yacimientos se explotan la extracción del mineral es más complicada, principalmente porque va bajando la ley, hay que internarse en zonas profundas de la roca y el material se encuentra con impurezas -como el arsénico-, que hacen más difícil su obtención”.

 

Hay muchas formas de separar el metal que se encuentra diseminado en la roca. El desafío es buscar el proceso más económico y “limpio”, considerando las dificultades de extracción actuales y futuras.

 

Hoy se usan bacterias en las faenas de Cerro Colorado, Zaldívar o los minerales de baja ley de Chuquicamata, entre otras. Pero estas obreras invisibles se demoran dos o tres años en extraer el metal. El objetivo es reducir lo que se hace en años a un par de meses aplicando la inteligencia biotecnológica.

 

Ya lo han conseguido a nivel de laboratorios y en plantas piloto y esperan que en 2008 se puedan comercializar los primeros cargamentos de cobre producidos por las bacterias, dice Ricardo Badilla, gerente general de Biosigma.

 

Con ellas será viable explotar minerales de baja ley, pero también aprovechar relaves (escombros) que están depositados y tienen contenidos de cobre.

 

Pero sin duda su mayor potencial es sacar el metal rojo de esa piedra amarilla llamada calcopirita (mineral primario), que se encuentra en abundancia, pero cuya explotación comercial es casi nula. “Nadie en el mundo ha logrado sacar extracciones significativas”, dice Morales.

 

Importantísimo para el futuro del cobre y las arcas chilenas, ya que gran parte de las reservas futuras del metal se encuentran en forma de calcopirita.

 

Hace 10 años -cuenta Juan Enrique Morales- Codelco eligió el camino de capturar el conocimiento biotecnológico y transportarlo a la minería. Tuvieron experiencias exitosas técnicamente, pero no en lo comercial.

 

Pero continuaron su esfuerzo. En 2001 se insertaron en el Programa Genoma Chile, impulsado por el Gobierno. Se aliaron con los japoneses de la Nippon Mining y crearon en 2002 la empresa Biosigma. Los asiáticos no sólo aportaron capital, sino que también una red de contactos en universidades.

 

“Con Biosigma nos planteamos el desafío de llegar a un desarrollo comercial de procesos basados en la genómica, la proteómica y la bioinformática para la minería”, dice Morales.

 

Después de cuatro años de funcionamiento Biosigma reúne un equipo de 90 profesionales, 15 de los cuales son doctorados. Y tienen siete patentes en trámite en once países”. Tres de ellas corresponden al uso de estas bacterias, el resto son procedimientos de bioinformática desarrollados principalmente por el “Centro de Modelamiento Matemático”, de la Universidad de Chile, con el cual Biosigma trabaja codo a codo, dice Ricardo Badilla.

 

El equipo de Biosigma ha logrado secuenciar el 95% del código genético de estas bacterias y ha realizado un exhaustivo trabajo de bioidentificación y control de los microorganismos, explica Badilla. Conocen sus mañas, su comportamiento, su hábitat y las condiciones en que se sienten más a gusto para trabajar. Y la gracia es que lo hicieron antes que otras empresas mineras en el mundo.

 

Así, lograron encontrar las bacterias que mejor hacen su trabajo y potenciarlas. “No las hemos modificado genéticamente aún”, aclara Badilla.

 

“Esto es como los antibióticos: hay unos de $500 que se encuentran en todos lados, pero hay unos que cuestan $30 mil porque son específicos y de última generación”, explica Badilla. Así pasa con estas bacterias, son las precisas para lograr que el cobre salga de la piedra en el menor tiempo y de forma óptima.

 

“Con ellas duplicaremos el tiempo en que la economía de Chile será bendecida por este insumo que nos dio la naturaleza”, concluye Badilla.

 

No más explosiones

 

La biominería será el futuro, sentencia Morales: se perforará el macizo rocoso como si fuera un pozo petrolero y se microfragmentará la roca. Las bacterias comenzarán a actuar en el cerro, dejando el cobre disuelto en el agua verde que será recogida.

 

EN INTERNET

 

Biosigma:

www.biosigma.cl

 

Fuente: www.emol.cl

Fecha: 25/SEP/2006

 

https://www.conicyt.cl/bases/fondef/fondef/PROYECTO/03/M/G03M1001.HTML

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