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La innovación y la minería

Publicado 14-11-2006

Nuestra industria debe tener un rol proactivo para utilizar adecuadamente los fondos disponibles y, más que eso, para liderar este proceso que el país ha tomado como opción de futuro.

 

Chile cuenta actualmente con una histórica combinación de factores positivos para el crecimiento como altos precios del cobre junto con una estabilidad institucional, política y económica reconocida a nivel internacional. En tiempos pasados y ante escenarios semejantes el país desaprovechó la oportunidad de consolidar su camino al pleno desarrollo por diversas razones, incluyendo descuidos en las condiciones pro-inversión o ineficacias en la reconversión de los ingresos temporales en recursos permanentes.

 

El mismo desafío se vive hoy, aunque no existen recetas infalibles ni soluciones mágicas para enfrentarlo. Pero si miramos qué han hecho las naciones que han sabido aprovechar exitosamente el impulso generado a partir de sus recursos naturales, podemos concluir que Chile necesariamente debe tomarse en serio el camino de la innovación, ciencia y tecnología, invirtiendo eficientemente en aquellas áreas donde tiene mayores potencialidades. Y aquí, indudablemente, la minería acredita una carrera avanzada.

 

Una potente señal acaba de entregar al respecto la Presidenta Michelle Bachelet al visitar y respaldar el trabajo en biotecnología que ha estado desarrollando Biosigma. Allí recordó que mientras Chile invierte apenas el 0,7% del PIB en investigación y desarrollo, países como Finlandia destinan un 4,8% al mismo fin.

 

La situación es más profunda al corroborarse que en Chile hay una baja proporción de investigación aplicada, junto con una insuficiente vinculación empresa-universidad para el desarrollo de proyectos concretos, lo que en la práctica se traduce bajos niveles de patentamiento. En efecto, mientras en nuestro país se genera anualmente en promedio una sola patente por cada millón de habitantes, en Finlandia o Suecia se generan cerca de 200 en el mismo período.

 

En su visita a Biosigma, la Presidenta de la República también llamó al sector privado a involucrarse más activamente en el proceso innovador y revertir el actual panorama, donde 2/3 de los fondos destinados a I+D son aportados por el Fisco, situación exactamente inversa a la que muestran los países desarrollados.

 

Al respecto, junto con la iniciativa de la creación del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (que se financiará en buena medida con los fondos obtenidos por el impuesto específico a la minería), el Gobierno ha propuesto otros incentivos como el proyecto de ley que otorga créditos tributarios para la contratación de servicios en investigación y desarrollo, a lo que se suma una serie de programas Corfo, Conicyt y otros, hoy vigentes, pero que aún tienen mayor potencial para ser aprovechados.

 

Además, Innova Chile está desarrollando una plataforma tecnológica en la minería que busca “levantar” mayor cantidad de proyectos de innovación en la industria. Y en los últimos días asistimos a un resurgimiento del CIMM, que ha anunciado su interés en vincularse más con experiencias exitosas en innovación originadas en el extranjero.

La minería en Chile está consciente de estos desafíos y por ello es uno de los sectores que, directa o indirectamente, más contribuye a generar innovación por medio de conocimiento aplicado y el desarrollo de tecnologías de vanguardia. Por lo mismo, nuestra industria debe tener un rol proactivo para utilizar adecuadamente los fondos disponibles y, más que eso, para liderar este proceso que el país ha tomado como opción de futuro.

 

 

Fuente: Editorial / Pág. 7 CL.MINERÍA CHILENA

Fecha: 06/NOV/2006

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