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Molécula derivada del boldo: una nueva alternativa de tratamiento para la distrofia muscular

Publicado 28-08-2014

  • El bioquímico y Doctor en Neurociencia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan Carlos Sáez, descubrió un derivado de la boldina, molécula extraída del boldo, que ayudaría a combatir ciertos tipos de enfermedades inflamatorias, en una investigación financiada por CONICYT, a través de su Programa Fondef. 

“Perfeccionamiento de Moléculas Inhibidoras de Hemicanales para su Uso Anti-inflamatorio en Enfermedades Humanas”, es el nombre del proyecto que se adjudicó financiamiento en el XV Concurso de Proyectos de I+D del Programa Fondef, y que es encabezado por el bioquímico Juan Carlos Sáez. Esta iniciativa se focaliza en frenar la progresión de la respuesta inflamatoria como la que ocurre en la distrofia muscular, que hasta la fecha no cuenta con tratamiento efectivo.

 

Según estudios, esta patología genética de carácter letal, también conocida como el Mal de Duchenne y ocasionada por la deficiencia de la proteína distrofina, se caracteriza por un debilitamiento progresivo de la función muscular, afectando a uno de cada 3 mil 500 hombres.

 

De acuerdo a la información entregada por el Dr. Sáez, que también forma parte del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, CINV, una molécula sintética derivada de la boldina (principal alcaloide del boldo, árbol endémico de Chile), demostró tener eficacia terapéutica contra enfermedades que desarrollan un estado inflamatorio relevante, entre ellas la distrofia muscular de Duchenne.

 

La segunda etapa del proyecto contempla la generación de derivados de la molécula sintética, con efecto bloqueador de hemicanales y poder anti-inflamatorio.

 

Con la molécula esta enfermedad no progresa y si es administrada en forma temprana incluso se revierte el proceso. De hecho, los animales recuperaron la función muscular a las pocas semanas de suministrada la droga. El desafío es poder iniciar estudios clínicos y probar los beneficios del fármaco en pacientes con distrofia, idealmente a partir del próximo año “, comentó el doctor Sáez.

 

Además de ello, el científico indicó que el equipo investigador debe gestionar los protocolos para ésta y otras patologías que no tienen tratamiento, entre ellas, el shock séptico.

 

En tanto, la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, junto a la empresa Härting y el Laboratorio Pasteur, formarán un equipo multidisciplinario encargado de tomar las decisiones estratégicas, comerciales y productivas que maximicen la rentabilidad y futuro impacto social en Chile derivado de la nueva droga.

 

 

Fuente: El Mercurio de Valparaíso

 

 

 


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