Publicado 13-05-2016
Un incremento en las enfermedades y en la mortalidad de los habitantes de localidades cercanas a plantas contaminantes, que oscilaría entre un 20% y un 100%, estableció la investigación “Análisis Espacio-temporal de morbilidad/mortalidad en Chile: efecto de megafuentes en áreas pequeñas”, liderado por el doctor Pablo Ruiz, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, y que contó con apoyo de CONICYT, a través de su Programa Fonis, tras adjudicarse financiamiento en el IX Concurso Nacional de Proyectos de Investigación y Desarrollo en Salud de 2012.
El estudio fue realizado considerando datos poblacionales entre 2000 y 2010 de todas las comunas del país, obtenidos del Instituto Nacional de Estadísticas y del Ministerio de Salud, además de información del Sistema Nacional de Información Ambiental, Biblioteca del Congreso Nacional y de la Comisión Nacional de Energía. Se consideraron los efectos para la salud producidos por emisiones provenientes de plantas termoeléctricas a carbón y petróleo, fundiciones, faenas mineras y plantas de celulosa y papel, determinándose que las personas que habitan en sectores expuestos a estas fuentes de contaminación registran un mayor número de hospitalizaciones y de fallecimientos asociados a causas como cáncer, patologías cardiorespiratorias, respiratorias y cardiovasculares.
“Principalmente fueron dos los tipos de industrias que tenían los mayores impactos: las termoeléctricas y las fundiciones de cobre. Muchos de los efectos fueron más grandes para los hombres, que para las mujeres. Uno podría pensar que esto se debe al impacto ocupacional de la población. Primero analizamos si la comuna tenía o no impactos y luego evaluamos la capacidad instalada, según cuántos megawatts o cuántas toneladas de material produce. Otro de los aspectos consistentes es que sabemos que las industrias producen una serie de contaminantes que son perjudiciales (material particulado, gases, etc.), pero investigaciones como éstas entregan una evidencia directa de posible impactos”, explica el doctor Ruiz.
El investigador agrega que si bien el estudio en sí no puede establecer causalidad, “llama la atención la consistencia de algunos resultados, como la concordancia entre mortalidad y hospitalizaciones, lo que da cuenta de que pudiera haber procesos generales que están afectando a la población”. Para el doctor Ruiz, esta investigación puede vincularse a acciones preventivas relacionadas con la salud pública, pero también respecto a mejorar las normas de emisiones, calidad del aire y normativa ocupacional.
Por otra parte, también puede ser un punto de partida para definir “cuáles son las fuentes de energía que queremos usar, qué estrategias de desarrollo económico y producción son más útiles; además plantearse si instalamos mayor capacidad de termoeléctricas usando carbón o petróleo o preferir energías alternativas o renovables. Entonces este tipo de datos, por supuesto, que ayudan a la reflexión como sociedad”, concluye el investigador.
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