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CONICYT da a conocer resultados del Primer Concurso de Inocuidad y Calidad Alimentaria

Publicado 21-11-2017

  • Iniciativa del Programa Fondef financiará proyectos que buscan, por ejemplo, mejorar la productividad de la uva de mesa y la papa, así como disminuir ciertos metales detectados en hortalizas.

Esta iniciativa se inscribe en el contexto de los ejes estratégicos definidos por el Consejo de CONICYT para el período 2017 y 2018.

La utilización de componentes presentes en el árbol del canelo podría ayudar a controlar el problema de la pudrición de la uva de mesa. Es lo que plantea una de las cuatro iniciativas ganadoras del Primer Concurso IDeA en Dos Etapas temático en Inocuidad y Calidad Alimentaria, ejecutado por CONICYT a través de su Programa Fondef.

Esta convocatoria busca potenciar la vinculación ciencia-empresa a través del financiamiento de proyectos de investigación científica en dos fases: una de Ciencia Aplicada, que se enfoca en iniciativas de investigación cuyo resultado sea un prototipo de producto, proceso o servicio; y una segunda de Investigación Tecnológica, que apoya propuestas que, a partir del resultado de la etapa anterior, puedan ser aplicados productivamente.

Un total de 55 proyectos se presentaron a esta primera versión del concurso, lo que evidencia el interés de los investigadores por desarrollar propuestas en esta área. “La ciencia y la tecnología resultan claves cuando pensamos en el desarrollo de mejores procesos para la industria alimentaria, en especial, métodos que garanticen que los alimentos sean inocuos y no causen daño a la población, o cuando queremos mejorar su valor agregado y asegurar una buena recepción en los exigentes mercados internacionales”, señaló Christian Nicolai, director Ejecutivo de CONICYT.

 

Ganadores

Además de la iniciativa que utilizará el canelo para evitar pudrición en la uva, desarrollado por la Universidad Autónoma de Chile, fue adjudicado un proyecto de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV) que busca crear un sistema para evitar la aparición de hongos en el proceso de postcosecha de este mismo fruto. Asimismo, el trabajo conjunto entre las universidades San Sebastián y Concepción utilizará biocontroladores para manejar los patógenos que afectan a la papa y, finalmente, otro proyecto buscará disminuir la presencia de metales en las hortalizas que se han detectado en la Región de Valparaíso, propuesta que también pertenece a la UCV.

La industria de los alimentos en Chile es la segunda actividad más importante de la economía, con un volumen de exportaciones cuyo valor será duplicado hacia al año 2030, pasando de los actuales US$ 17.000 millones por año a US$ 34.000 millones por año. Por ello, y ante la creciente demanda mundial por alimentos saludables, el concurso apoya propuestas que incentivan desde alternativas para el uso de agroquímicos, hasta el desarrollo de nuevas tecnologías para la detección alérgenos en los alimentos.

Cabe destacar que esta iniciativa se inscribe en el contexto de uno de los ejes estratégicos definidos por el Consejo de CONICYT para el período 2017 y 2018, que considera a la salud y los alimentos como una de las prioridades de CONICYT. “Los resultados del concurso que estamos dando a conocer dan cuenta que es posible acortar las distancias existentes entre la academia y el sector productivo, aprovechando las condiciones únicas que ofrece nuestro territorio en materia alimentaria, libre de plagas y enfermedades que afectan la producción en otras latitudes, y con una variedad de zonas geográficas que nos permiten disponer de una calidad y variedad única de alimentos”, señaló el presidente del Consejo de CONICYT, doctor Mario Hamuy.

 

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