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El CIHDE busca estimular la interacción de estudiantes con su entorno a través de actividades artísticas

Publicado 16-10-2012

El Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto (CIHDE) realizó un taller de Educación Intercultural con los estudiantes de séptimo básico de las escuelas Centenario y España, que entre ambas suman 60 alumnos.

La particularidad de esta actividad es que los menores, después de juegos e información de las diversas áreas entregadas por las investigadoras del CIHDE, deberán inmortalizar por medio de una cámara fotográfica reciclable (con capacidad para 27 tomas) lo que aprendieron, como por ejemplo cómo viven los inmigrantes, el origen de las comidas que ingieren y el ambiente que los rodea.

Además, durante el transcurso del día también pintaron pequeñas vasijas con tempera, buscando expresar sus visiones de vida; probaron diversas comidas para determinar si eran propias de este lugar o cultura local, o si provenían de otra parte del mundo.

Las monitoras fueron las investigadoras Eugenia Gayó, Daniela Osorio, Paula Ugalde, Menara Guizardi y Arlene Muñoz, quienes entre las 9.00 y las 13.00 horas compartieron con los menores de séptimo básico de la Escuela Centenario, abordando temas por medio de juegos, los que fueron bien recibidos por los menores.

“Este es un taller para hablar de la diversidad natural y cultural del mundo, para explicar las diferentes especies en el ecosistema y también a nivel cultural. El asistir a los establecimientos aludidos, es una medida que nace por el contacto previo que se tiene, para lograr que el CIHDE se vincule con la comunidad que lo rodea”, explicó Arlene Muñoz, y agregó: “Han sido súper participativos, interesados en el tema, sobre todo en el tema de la gente que migra, porque todos tienen una persona conocida o cercana que ha llegado de otra parte del mundo”.

Durante la jornada los estudiantes rieron, escucharon y aprendieron de los temas descritos. Al término de la actividad ante la pregunta si les gustó, la respuesta al unísono de los jóvenes fue clara: “sí, señorita, sí”, en medio de las risas de todos por la energía de los menores.

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