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Científicos del CEAZA realizan proyecto Fondecyt que estudia los aportes del molusco en las algas de uso industrial

Publicado 17-10-2012

Trabajan también en este proyecto Fondecyt, de 3 años, los científicos Marcelo Rivadeneira (CEAZA), Dr. Sergio Navarrete (Pontificia Universidad Católica de Chile), el Dr. Bernardo Broitman (CEAZA) y el Dr. Stuart Jenkins (Universidad de Bangor, Gales UK).

El proyecto “Redundancia funcional y similitud límite: compensación regional y coexistencia en una zona de transición biogeográfica”, a cargo del Dr. Moisés Aguilera, del centro científico CEAZA, intenta conocer cuáles son los roles funcionales y características de dos especies distintas del molusco Scurria (S. viridula y S. zebrina), que les permite coexistir en la Región de Coquimbo, sector que comparten y donde se encuentra el borde del rango de distribución de una de estas especies.

Roles funcionales y respuesta fisiológica

Junto con el papel que juegan estos moluscos en el ecosistema, la iniciativa también busca conocer sobre sus respuestas fisiológicas frente a componentes del entorno que influirían, por ejemplo, en su distribución geográfica.

“Si sus roles son similares, pero sus respuestas al ambiente distintas podría existir lo que se llama en ecología ‘compensación regional en los roles’, es decir, cuando una especie en un sistema se extingue o contrae su rango de distribución, la otra podría reemplazar o compensar la función que la otra cumplía, en el área donde se localizaba, de tal forma que el ecosistema permanezca inalterado”, explica Aguilera.

A consecuencia de las variaciones actuales en la temperatura del ambiente, debidas en gran parte al cambio climático, el rango geográfico de S. zebrina podría disminuir en favor de S. viridula que habita latitudes más cálidas.

El investigador agrega que estos tipos de organismos tienen roles bien marcados. Lo único que puede cambiar es la magnitud del efecto que tienen en el sistema por su diferenciación de tamaños y densidades.

“Generalmente, un individuo de una especie puede tener efectos mayores si es grande. Mientras que si los individuos son chicos la magnitud de su efecto cambia. Su efecto puede reducirse en extensión espacial, lo que no debiese variar mucho es su rol cualitativo en el sistema”, sentenció el Dr. Moisés Aguilera.

Distribución geográfica

Según el científico, si bien ambas especies son muy similares genéticamente y en su morfología, la Scurria zebrina habita desde Chiloé hasta el sector de Punta Lengua de Vaca, cerca de Tongoy. En tanto, Scurria viridula lo hace desde Perú hasta cerca de Zapallar. Este límite estaría dado, entre otros aspectos, por diferencias en las tolerancias térmicas y competencia entre ella, aspecto que el estudio intenta dilucidar.

“Existe una zona de 200 km. en que las especies conviven o se sobreponen en sus rangos geográficos, ocupan el mismo espacio, y donde se mezclan, es decir, pueden formar híbridos. Aún no se sabe cómo y qué consecuencias puede tener en su genética y distribución”.

La teoría ecológica señala que todas las especies debiesen tener algún grado de segregación para poder coexistir, lo que los especialistas llaman “particionamiento de nicho”. De otra manera, la competencia sería demasiado fuerte para cohabitar un mismo espacio.

El guardián de las algas

Si bien los comúnmente llamados “sombreritos chinos” tienen una utilidad marginal como alimento, se utilizan de carnada para la pesca en el norte de Chile. Pero uno de sus roles más destacados dentro del ecosistema es que mantienen controlado el crecimiento de algunas algas que afectarían la existencia de otras, en el ambiente intermareal, que si tienen valor económico.

“Hemos descubierto que una de estas especies, Scurria viridula, puede tener efectos positivos sobre el alga Mazzaella laminarioides más conocida como ‘luga’, que es comúnmente recolectada en el sur de Chile y que tiene usos industriales. Uno de los efectos es que este organismo aumentaría la presencia de esta alga, porque remueve otras que la afectan” afirmó el experto.

Colaboradores

Trabajan también en este proyecto Fondecyt, de 3 años, los científicos Marcelo Rivadeneira (CEAZA), Dr. Sergio Navarrete (Pontificia Universidad Católica de Chile), el Dr. Bernardo Broitman (CEAZA) y el Dr. Stuart Jenkins (Universidad de Bangor, Gales UK).

Fondecyt Iniciación

El proyecto del Dr. Aguilera es uno de las 293 que aprobó este año el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT).

En la zona el ondecyt apoyará 5 iniciativas de la Universidad Católica del Norte (contando con las iniciativas aprobadas para Antofagasta), 2 de la Universidad de La Serena y 1 del CEAZA.

 

 

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