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Proyecto financiado por el Gobierno Regional, ejecutado por Pro Aconcagua y que contó con la colaboración de profesionales del Centro de Investigación en Turismo y Patrimonio de la Región de Valparaíso, permitió restaurar con tierra cruda, las fachadas de viviendas del patrimonial barrio de Los Andes

Tierra, agua, paja, arena y tierra de color. Ésos fueron las principales materias primas con las que durante dos meses voluntarios, vecinos y profesionales de la Corporación Pro Aconcagua y del Centro de Investigación en Turismo y Patrimonio CITYP, trabajaron para restaurar las fachadas de antiguas casas del tradicional barrio de Centenario de la comuna de Los Andes.

Este trabajo que se inició en noviembre y que culminó hace unos días, estuvo enmarcado en el proyecto “Échale una mano al Patrimonio”, postulado por la Corporación Pro Aconcagua y que contó con la colaboración de profesionales del CITYP, financiado a través de recursos aprobados por el Gobierno Regional.

Esta iniciativa permitió no sólo restaurar las fachadas de viviendas que por años no habían sido intervenidas, sino que también entregar los conocimientos y herramientas a los vecinos del sector, quienes participaron activamente en el proceso de restauración.

“Estamos sumamente satisfechos con el término de este taller. Finalizamos el compromiso que teníamos con estas casas, pero la idea es seguir desarrollando este proyecto en otras viviendas. Tanto los miembros de la Corporación, como del Centro de Investigación y de la oficina de arquitectos de Patricio Arias, quienes participaron activamente en el proyecto, quedamos sumamente entusiasmados para continuar con esta iniciativa. La idea que inicialmente tuvimos fue que este proyecto fuera un piloto, pero queremos seguir arreglando otras casas y que el uso de esta técnica se convierta en un oficio. Por otra parte el CITYP está tratando de hacer una línea de recuperación patrimonial en barro crudo” sostuvo la gerente de la Corporación Pro Aconcagua, Claudia Gajardo.

Uno de los principales mentores de este proyecto fue el arquitecto andino Alberto Oropesa, fallecido hace unos meses en un accidente automovilístico. Consecuente con su tesón y sus ganas de generar y concretar iniciativas donde el valor patrimonial estuviera presente, Alberto Oropesa logró concretar una serie de encuentros con el entonces consejero regional Guillermo Hurtado, quien fue fundamental para la aprobación de los recursos por parte del Gobierno Regional.

Una de sus hermanas, María Soledad Oropesa, estuvo presente en la ceremonia de cierre del proyecto “Échale una Mano al Patrimonio”, donde además de culminar el trabajo en el sector, se destacó la gestión y el empuje puesto por Alberto Oropesa y que permitió ejecutar el proyecto.

“Estoy muy contenta y emocionada ya que el trabajo realizado en Centenario es la proyección que él nos deja en un barrio que es sumamente emblemático para nuestra familia. A través de este trabajo hemos entendido la idea que él tenía que era no sólo recuperar los grandes monumentos, sino que también rescatar con tradicionales técnicas aquellas viviendas y edificios que nos conectan con nuestra historia”, sostuvo María Soledad Oropesa.