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Científicos del CEQUA participan de proyecto que investiga los suelos en la Antártica

Publicado 23-04-2013

Recientemente se realizó la continuación de un proyecto en Antártica que comenzó en febrero de 2012, siendo esta la segunda etapa de un estudio que contempla tres temporadas y en el que participan tres instituciones, el Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile, cuya representante y directora del proyecto es Cecilia Pérez; Centro científico regional Cequa, por el cual trabajan el doctor Juan Carlos Aravena y el biólogo Cristóbal Ivanovich; y la colaboración internacional de la Universidad de Stirling de Escocia.

Este es un interesante estudio que se realiza en la Península de Fildes, en la Isla Rey Jorge, de las Islas Shetland del Sur, para determinar las comunidades de líquenes, musgos, hepáticas y algas, que conforman las costras biológicas (las capas más superficiales que cubren el terreno) del lugar y cuyo fin es conocer la evolución que han experimentado los suelos en su formación. Se analizan además, factores externos que pueden provocar cambios importantes, como sucede en este caso con las heces o guano de los pingüinos, que liberan amonio, el cual al diluirse, tiene efecto en la distribución de la vegetación y la actividad fijadora de nitrógeno de estas costras biológicas, contribuyendo a su crecimiento con nutrientes.

El lugar seleccionado es ideal para el estudio, las marcas dejadas por el retroceso del hielo, dejaron huellas muy claras y fáciles de distinguir: levantamiento de la costa y una secuencia de terrazas en el lugar. Es justamente esta condición la que ha permitido a los investigadores la posibilidad de un estudio profundo de los terrenos de esta península, tomando antecedentes que datan desde hace miles de años y que permiten responder varias preguntas científicas, entre éstas, cómo están evolucionando estos sistemas.

El doctor e investigador del Cequa, Juan Carlos Aravena comenta que las condiciones climáticas de este año, bastante más frío que el anterior, contribuyen a tener una visión y resultados más amplios en términos comparativos. El Dr. Aravena, explica que “En terreno inmediatamente uno registra las variaciones de un año a otro. Tuvimos temperaturas más bajas y una mayor acumulación de nieve. De hecho hubo un lugar que visitamos sin problemas el año pasado, en el que no pudimos trabajar este año por la cantidad de nieve que había. Esto es positivo para el estudio que hacemos, pues podría haberse pensado que las muestras que tomamos antes en condiciones climáticas diferentes eran representativas.

Los investigadores, realizaron el trabajo sin problemas, registrando temperatura, precipitaciones, mediciones, condiciones ambientales, tomando muestras, con la particularidad que haciendo uso del apoyo logístico de la INACH, sus laboratorios en Base Escudero, se puede adelantar parte importante del trabajo.

El Biólogo, Cristobal Ivanovich, explica que estas paleoplayas se formaron aproximadamente hace 7 mil a12 mil años, cuando el hielo de la carota antártica se empezó a retirar, y aunque esto se pueda sentir lejano, es homologable al retiro de los hielos que ocurre en nuestros glaciares. Ivanovich manifiesta que “Podremos saber entonces como van a reaccionar los ecosistemas a medida que se retira el hielo, cómo comenzarán a aparecer las primeras especies colonizadoras, en este caso los líquenes, hepáticas y musgos y entenderemos bien como se forman los nuevos suelos”

Es importante mencionar que el hombre depende del suelo y del uso que hace de ellos. En este crecen las plantas, fundamentales para la vida.

Ambos investigadores coinciden en que trabajar en la Antártica es una experiencia especial, es un modelo de estudio que nos transporta en el tiempo hacia el pasado y nos muestra cómo hubieran sido las condiciones aquí en la Patagonia. Se trabaja en un terreno compartido por muchos países. En el lugar donde están las bases de China, Rusia, Corea, Uruguay, Argentina, entre otros, existe un ambiente internacional, vocación científica más que productiva que genera un ambiente de colaboración e interacción entre científicos y que lo convierte en una experiencia enriquecedora.

El continente antártico aún guarda mucha información, los científicos regresarán en 2014 para finalizar la investigación de este proyecto, un estudio importante para el ser humano, porque éste depende del suelo y del uso que hace de ellos, por eso la importancia de seguir buscando respuestas a la evolución en su formación.

 

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