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Descubren nuevas pistas sobre el poblamiento en el Desierto de Atacama

Publicado 10-07-2014

Una expedición conformada por  investigadores de la Universidad de Tarapacá, Universidad de Chile, Universidad Católica y el Centro  Regional CIHDE (financiado por CONICYT a través de su Programa Regional) , realizó una nueva salida a terreno a los sitios arqueológicos de Chipana 1 y Quebrada Maní 12, como parte de los Proyectos Fondecyt, que desde el 2007 son ejecutados por la línea de Arqueología y Antropología del Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto.

Según explicó Paula Ugalde, arqueóloga de CIHDE, el objetivo de esta salida a terreno fue encontrar en Chipana asentamientos contemporáneos a Maní  12, sitio arqueológico que ya fue fechado con 13 mil años de antigüedad; así como también, ver  áreas de ocupación completas en este último, por lo que se amplió la excavación actual a 6 metros cuadrados más .

“En Chipana, encontramos una punta de proyectil característica de hace diez mil años,  lo que nos da pistas que estamos en el camino correcto. Aún no hemos fechado este lugar en específico, pero existe la opción que la data sea muy parecida a la de Quebrada Maní 12”, explicó la especialista.

Un descubrimiento interesante en Quebrada Maní 12 fue el hallazgo de una posible estructura hecha de caliche, que es coherente con el fogón en cubeta preparado en el caliche de este mismo sitio, hallado y publicado por el equipo del Dr. Santoro en el año 2013. El caliche es una formación calcárea, que se forma por la evaporación de sales y que gracias a este proyecto en particular, podría comprobarse que era utilizado hace trece mil años para construir estructuras de diversa índole.

Por su parte, la arqueóloga Carolina Salas, otra de las especialistas que forma parte de esta investigación, agregó que en un recorrido por la cantera de Chipana 1 se encontró una nueva roca que fue utilizada como materia prima para que los antiguos habitantes del desierto fabricaran instrumentos de piedra. “En principio pensamos que no era local, pero resultó provenir de una veta mucho más pequeña que la roca silícea de la Cantera Chipana 1 y que había sido descubierta a pesar de su tamaño, lo que revela que los habitantes de esa época, conocían muy bien el desierto y sus recursos”, comentó.

Calogero Santoro, arqueólogo e investigador del Instituto de Alta Investigación de la UTA y director de la línea de Arqueología y Antropología de CIHDE,  explicó que el propósito de esta investigación vigente desde el 2007, es descubrir y explicar los primeros poblamientos humanos en el Desierto de Atacama. “Hemos querido romper con la idea que el Desierto de Atacama fue una barrera ecológica y comprobar que sí formó parte de esta primera historia inicial de la humanidad”. Actualmente, existen tres sitios de ocupación temprana en la Pampa del Tamarugal, que están corroborando la teoría del doctor Santoro, donde se plantea que el desierto fue ocupado durante miles de años y que sus recursos fueron aprovechados en forma inteligente, a pesar de las condiciones climáticas adversas.

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