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Investigadores del CEAZA realizan primer estudio en Chile sobre modificación de ecosistemas litorales por urbanización

Publicado 01-12-2014

Se trata de un nuevo trabajo publicado por la revista científica Marine Pollution Bulletin que se concentra en el efecto de la modificación del borde costero y su biodiversidad debido a la presencia de estructuras como los rompeolas, todo esto como resultado del desarrollo urbanístico.

Estas construcciones o ecosistemas artificiales han ido aumentando con el tiempo y en Chile nada se sabe al respecto. “Esta línea de investigación es nueva en el país y es primera vez que se generan resultados formales”, señala el Dr. Moisés Aguilera, del CEAZA, autor principal de la investigación.

Según el científico, el análisis efectuado en lugares como el borde costero de Iquique, muestra que, si bien se pierde diversidad o especies cuando se construyen estas estructuras, debiese haber un manejo de ellas de tal forma de no “perder” la diversidad propia de un sistema natural.

“En este caso el manejo debiese estar enfocado en generar mayor heterogeneidad espacial con grietas, pozas, etc. que faciliten la presencia de distintas especies”, sentencia el investigador.

De acuerdo con los resultados de la investigación, este tipo de arrecifes muestran una composición de especies distinta a ambientes naturales. Así, las especies más afectadas por los rompeolas artificiales serían el chorito Perumytilus purpuratus, las lapas conocidas como “sombreritos chinos”; Scurria ceciliana y S. araucana, y el “Cirripedio o picoroco” (Jehlius cirratus).

Aguilera explica que en esta situación los animales pierden sus refugios o hábitats compatibles con sus necesidades.

“Aún hay mucho que explorar en esta línea y el estudio solo muestra los mecanismos más relevantes y potenciales consecuencias a escalas locales. No se sabe mucho del impacto a largo plazo o a escalas espaciales mayores”, asegura.

A juicio del especialista en ecología y respuestas conductuales de moluscos, existe la posibilidad de evitar modificar excesivamente estos ecosistemas a través del “manejo ingenieril”. “Por ejemplo creando grietas, pozas e inclusive generar un distribución espacial de las rocas que componen los rompeolas, de tal forma que provean refugio para muchas especies”, explica.

Junto con Aguilera, son coautores de este estudio los científicos doctores Bernardo Broitman (CEAZA) y Martin Thiel (UCN-CEAZA).

 

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