Publicado 24-02-2017
Ilustración de lo que veríamos desde uno de los planetas del sistema planetario de TRAPPIST-1. Crédito: ESO/N. Bartmann/spaceengine.org
La revista Nature publicó el miércoles pasado un estudio de un grupo de investigadores, encabezado por Michaël Gillon, astrónomo del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica), en el que se anuncia el descubrimiento de un sistema de siete planetas, cuyo tamaño y composición serían similares a la Tierra, orbitando alrededor de una estrella del tipo enana roja, distante a unos cuarenta años luz de nuestro sistema solar.
El importante hallazgo se realizó principalmente a través de tres telescopios, dos de ellos instalados en Chile: el TRAPPIST (TRAnsiting Planets and PlanetesImals Small Telescope–South) ubicado en el Observatorio La Silla, región de Coquimbo; y el Very Large Telescope (VLT) en Paranal, región de Antofagasta, los que se sumaron a los estudios del Spitzer, telescopio espacial de la NASA.
La estrella descubierta fue bautizada como TRAPPIST-1 y los planetas que la orbitan fueron nombrados como TRAPPIST-1 b, c, d, e, f, g y h, desde el más cercano al más lejano a ella. Según los investigadores, todos estos cuerpos tienen un tamaño parecido al de la Tierra y Venus, o ligeramente menor. Gracias al cálculo de sus órbitas, se ha podido también estimar su densidad y, por ello, su composición. Al parecer, al menos los seis primeros planetas son probablemente rocosos, como el nuestro. Los astrónomos observaron los cambios en la emisión de luz de la estrella, ocasionados por los planetas al pasar delante de ella -evento conocido como tránsito-, y esto les permitió extraer información acerca de sus tamaños, composiciones y órbitas.
Para el director del Programa de Astronomía de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, doctor Luis Chavarría, “este anuncio es sumamente importante para la ciencia y el conocimiento del universo, ya que es la primera vez que se encuentra un sistema planetario que contenga tantos planetas con características similares a la Tierra y tres de ellos están situados en ´zona habitable´, lo que quiere decir que se ubican dentro del rango de distancia de su estrella, donde el agua -si es que la hay-, permanece en estado líquido. Y en segundo lugar, hay que destacar que estos descubrimientos se hicieron desde Chile, con telescopios ubicados en el norte de nuestro país, en Paranal y La Silla”.
Refiriéndose al desarrollo de la investigación astronómica en Chile, Chavarría expresó que “este descubrimiento da cuenta del excelente nivel de la astronomía nacional, lo que no es casualidad, ya que contamos con los mejores cielos del mundo y el número de astrónomos ha aumentado considerablemente en el país. Además, hay numerosos científicos extranjeros aportando a esta disciplina en Chile; la ciencia astronómica genera el 10% de las publicaciones a nivel nacional, ocupando el primer lugar; y existe un antecedente clave en esta línea: la investigación sobre supernovas, de los doctores José Maza y Mario Hamuy, que fue la base para que Brian Schmidt y Saul Perlmutter ganaran el Premio Nobel de Física 2011”.
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